La mejor manera de combatir las enfermedades cardiovasculares es cambiando ciertos hábitos y conductas según los expertos. Tal y como explica el blog de la Fundación Española del Corazón, entre el 80 y el 90% de los infartos se asocian a factores de riesgo conocidos y modificables, por lo que se podrían prevenir gran parte de los mismos si se vigilasen dichos factores.
Factores de riesgo cardiovascular que se pueden prevenir
Vigilar y tener en cuenta los siguientes factores de riesgo puede evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares:
- Niveles altos de colesterol: hay que vigilarlos porque, si las células no son capaces de absorber todo el colesterol, éste se va depositando en las arterias y contribuye a la aparición de la ateroesclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias provocado por la acumulación de placa). Para evitar el colesterol no hay que dejar de comer carne pero sí ingerir también verduras, hortalizas, frutas y pescado, así como hacer ejercicio.
- Presión arterial alta: la hipertensión es un importante factor de riesgo cardiovascular. Para asegurarse de que la presión arterial no está por encima del nivel recomendado hay que medirla de forma regular. Además se debe evitar la sal, reducir el consumo de grasas saturadas y trans y llevar una alimentación equilibrada, rica en verduras y frutas. También hay que limitar el consumo de alcohol y cafeína, no fumar y hacer ejercicio físico regular. Si la presión es muy alta, el especialista también puede recetar algunos medicamentos.
- Diabetes: es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, pues está muy relacionada con la aparición de la aterosclerosis. Además con la diabetes puede verse disminuida la capacidad de contracción del miocardio (músculo del corazón). Por eso los diabéticos tienen que controlar sus niveles de azúcar y seguir las recomendaciones del médico. Aquellos que no padecen esta enfermedad deben prevenir su aparición siguiendo una adecuada dieta y haciendo ejercicio.
- Sobrepeso: es un factor de riesgo importante que además puede actuar como desencadenante de otros (hipercolesterolemia, diabetes e hipertensión arterial).
- Mala alimentación: en relación con los factores anteriores, una dieta equilibrada ayuda a mejorar la tensión arterial y el colesterol y a mantener un peso adecuado. Por ello, la dieta saludable es clave para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Además de las grasas saturadas y trans, hay que evitar la ingesta excesiva de alcohol.
- Sedentarismo: se considera que la falta de ejercicio físico es el principal causante del 30% de cardiopatías isquémicas. Por ello, realizar ejercicio regular es importante para evitar enfermedades cardiovasculares. Lo recomendable es practicarlo al menos 3 o 4 veces por semana. La actividad física debe estar adaptada a la edad y condición de cada persona.
- Tabaquismo: acelera la ateroesclerosis, por lo que hay que evitar fumar o dejar de hacerlo para no desarrollar enfermedades cardiovasculares.
- Ansiedad y estrés: aunque no lo parezca, también aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Es necesario aprender a rebajar el estrés y a controlar la ansiedad para reducir su efecto en el organismo.
Factores de riesgo cardiovascular no modificables
Si bien la mayoría de los factores de riesgo se pueden controlar, hay tres que no son modificables y a los que hay que estar atento:
- Edad: la incidencia de la insuficiencia cardiaca se duplica a partir de los 40-45 años según la Fundación Española del Corazón.
- Sexo: las enfermedades cardiovasculares pueden aparecer antes en los hombres que en las mujeres, ya que éstas cuentan con la protección parcial de los estrógenos hasta la menopausia. No obstante, a partir de ese momento aumenta el riesgo de padecerlas.
- Antecedentes familiares: aquellos que han tenido un familiar masculino o femenino de primer grado que haya sufrido un infarto deben llevar un control mayor de los factores de riesgo evitables y acudir a un especialista para realizar revisiones.