La disfunción eréctil es una disfunción sexual que afecta de manera total o parcial a una elevada cantidad de hombres, especialmente a partir de los 40 años. Esta disfunción puede tener su origen en causas variadas, que determinan el tratamiento más apropiado para hacerle frente.
Qué es la disfunción eréctil
La disfunción eréctil es una disfunción sexual caracterizada por la incapacidad para lograr desarrollar una erección o mantenerla con una rigidez y tamaño satisfactorios. Si este problema es puntual no tiene que ser motivo de preocupación, pero si se repite durante varios meses es importante acudir al médico. La visita al especialista es necesaria no solo para solucionar la disfunción sino también para encontrar su origen, ya que puede ser síntoma de alguna enfermedad no diagnosticada que necesita tratamiento.
Causas de la disfunción eréctil
Ya que la excitación sexual masculina es un proceso que involucra al cerebro, las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos, la disfunción eréctil puede estar provocada por causas muy diversas:
- Vasculares: cuando llega poca sangre al pene o no se retiene adecuadamente en los cuerpos cavernosos. Entre estas causas están la hipertensión, el colesterol alto y la ateroesclerosis, entre otras enfermedades cardiovasculares.
- Neurológicas: cuando existen problemas de transmisión de las órdenes que el cerebro y la médula dan a los nervios erectores. Estos problemas los causan enfermedades como el Parkinson, la esclerosis múltiple o el infarto medular, y lesiones tras cirugías por cáncer de próstata, vejiga y recto.
- Hormonales: cuando el organismo produce menos testosterona de la necesaria. Esto puede venir provocado por enfermedades hepáticas, tumores hipofisiarios, tratamientos hormonales y la enfermedad de Cushing, entre otras causas.
- Psicológicas: depresión, ansiedad, miedo al embarazo o baja autoestima pueden impedir que se origine la respuesta sexual en el cerebro.
- Farmacológicas: ciertos medicamentos, como los usados para la hipertensión y la depresión, pueden afectar a la disfunción eréctil.
Además de por las causas englobadas en las anteriores categorías, la disfunción eréctil puede estar provocada por la enfermedad de Peyronie.
Asimismo existen ciertos factores de riesgo que pueden contribuir a la disfunción eréctil: edad, sobrepeso, consumo de tabaco, tratamientos médicos como la cirugía de próstata o la radioterapia contra el cáncer, sedentarismo, trastornos afectivos, diabetes, lesiones en los nervios o arterias que controlan las erecciones y un consumo excesivo de alcohol y drogas.
Síntomas de la disfunción eréctil
Los síntomas de la disfunción eréctil pueden ser:
- Problemas persistentes para desarrollar una erección. En ocasiones es posible que sí se produzcan erecciones espontáneas pero no cuando se quieren mantener relaciones sexuales con otra persona.
- Problemas persistentes para mantener una erección con el tamaño y rigidez deseados.
Asimismo, pueden surgir otros síntomas psicoafectivos derivados de la imposibilidad de mantener relaciones sexuales. Entre ellos, ansiedad, frustración, culpabilidad y evitación del acto sexual.
Tratamiento de la disfunción eréctil
Los tratamientos para hacer frente a la disfunción eréctil son variados:
- Medicamentos: son eficaces para muchos pacientes. Principalmente se utilizan Sildefil (Viagra), Tadalafilo, Ananafilo y Vardenafilo, que tienen escasos efectos adversos si los receta un urólogo tras un diagnóstico adecuado. También se puede tratar con Aprostadil, un medicamento que se aplica con crema, se autoinyecta o se introduce mediante una cánula en la uretra antes del acto sexual.
- Plasma rico en plaquetas: este tratamiento consiste en administrar mediante inyección subcutánea en el pene el plasma rico en plaquetas extraído de la sangre del propio paciente. Utiliza factores de crecimiento presentes de forma natural en las plaquetas para estimular la reparación del tejido, aumentando la circulación y el flujo de la sangre al pene. Sus resultados no son definitivos, por lo que se debe repetir pasados 12 o 18 meses.
- Ondas de choque: son eficaces si el origen de la disfunción es un problema vascular. Las ondas de choque de baja energía estimulan la formación de nuevos vasos sanguíneos y potencian la relajación del endotelio vascular, mejorando la circulación. Este tratamiento es indoloro, no invasivo y curativo.
- Bomba peniana: es un tubo hueco que se coloca sobre el pene para luego aspirar el aire que está dentro del tubo hacia fuera. Esto genera un vacío que permite que la sangre llegue al pene, creando una erección que se mantiene con un anillo de tensión.
- Tratamiento psicológico: cuando la causa de la disfunción es un problema psicológico, un especialista en salud mental puede ayudar a encontrar el origen y a dar con la solución más adecuada, ofreciendo ejercicios y herramientas específicas para trabajar.
- Prótesis de pene: es la colocación quirúrgica en el pene de unas barras flexibles que se accionan al presionar una perilla colocada en el interior de la zona inguinal. Generalmente no se recurre a la cirugía hasta que se han probado otros tratamientos, ya que conlleva riesgo de complicaciones.
Elegir el tratamiento más adecuado dependerá de la causa y la gravedad de la disfunción eréctil. Asimismo, si la disfunción tiene su origen en una enfermedad, ésta también habrá que tratarla.
Si necesita una consulta de urología, en Clínica Regenia cuentan con una unidad especializada en la que tratan problemas como la enfermedad de Peyronie o la disfunción eréctil. Para esta última utilizan el plasma rico en plaquetas además del tratamiento de ondas de choque. Si tiene más dudas sobre estos tratamientos o quiere asistir a una consulta de urología para una exploración, no dude en pedir cita y acudir a Clínica Regenia de Granada, ubicada en Avenida de la Constitución 20, o al centro de Jaén, en Plaza de la Constitución 12.