Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) en el humo del tabaco hay unos 4.000 productos conocidos, de los cuales se sabe que 250 son nocivos y más de 50 son cancerígenos para el ser humano. El humo no solo afecta a aquellos que fuman sino también a las personas de alrededor, que se convierten en fumadores pasivos.
Un fumador pasivo es aquel que, aunque no fuma, está expuesto con frecuencia a los efectos perjudiciales del humo que desprende el cigarrillo y que expulsa un fumador por la boca. A diferencia de las personas que fuman, los fumadores pasivos no desarrollan una adicción porque la nicotina no entra en su cuerpo. No obstante, según la Asociación Española Contra el Cáncer, el humo expulsado por la boca del fumador es incluso más dañino que el que se inhala, ya que contiene concentraciones más altas de sustancias perjudiciales. Estas sustancias, a la larga, pueden ocasionar en las fumadores pasivos enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, entre otras dolencias.
Si hay un colectivo especialmente delicado al efecto del humo son los niños, ya que sus pulmones todavía están en desarrollo. Por exponerse de forma constante al humo del tabaco pueden acabar sufriendo importantes dolencias tanto en la infancia como en la edad adulta.
Los efectos del tabaquismo pasivo en niños
Según la OMS, 700 millones de niños respiran aire contaminado del tabaco, y más del 40% tienen un progenitor fumador. En 2004, de las 600.000 muertes atribuibles al humo ajeno, el 31% fueron niños. El humo del tabaco puede provocar en los niños:
- Infecciones respiratorias como bronquitis y neumonía.
- Un 20% más de crisis asmáticas, pues se incrementa la frecuencia de los ataques asmáticos.
- Mayor probabilidad de irritaciones de mucosas (garganta, ojos y nariz).
- Un aumento del 50% en la probabilidad de sufrir otitis, ya que el tabaco causa inflamación y obstrucción, provocando una infección que podría derivar en una pérdida de audición.
- Desarrollo deficiente del pulmón.
- Según un estudio de la Universidad de Montreal, la exposición intermitente o continua al humo del tabaco puede aumentar el ancho de la cintura de los niños así como el índice de masa corporal (IMC). Este incremento del IMC podría influir en desequilibrios endocrinos.
Además, la exposición continua al tabaco provoca en los niños más probabilidades de sufrir cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas en el futuro.
Efectos de fumar durante el embarazo
El humo inhalado por una madre fumadora durante el embarazo también puede afectar al feto provocando:
- Aborto espontáneo.
- Bajo peso del bebé al nacer.
- Disminución del crecimiento de los pulmones del feto y un deterioro de su función.
- Alteraciones placentarias como desprendimiento prematuro de la placenta y placenta previa, que aumentan las complicaciones del embarazo y parto.
- Nacimiento prematuro.
- Aumento del riesgo de que, una vez nacido, el bebe sufra síndrome de la muerte súbita del lactante.
Por todo ello es recomendable que la madre deje de fumar durante el embarazo. En caso de que la madre no sea fumadora, debe evitar los lugares en los que otras personas estén fumando.
Cómo evitar que los niños se conviertan en fumadores pasivos
Lo mejor para evitar que los hijos se conviertan en fumadores pasivos es dejar de fumar. Si no, es recomendable fumar sólo al aire libre y declarar la casa y el coche como espacios libres de humo. Hay que tener en cuenta que no es suficiente con ventilar el aire de la habitación para eliminar el humo, ya que éste puede permanecer en una habitación hasta cinco horas. Por tanto, en caso de que otra persona fume cerca de los niños, solicítele que no lo haga.
Si está pensando en dejar de fumar para proteger su salud y la de los que le rodean, lo mejor es acudir a profesionales. En Albéniz Medicina Estética de Granada llevan desde 1998 ayudando a miles de personas a dejar el hábito de fumar. Para ello utilizan termoestimulación, un tratamiento en el que aplican infrarrojos en determinadas terminaciones del cuerpo para reiniciar de forma natural la producción de endorfinas desligadas del hábito tabáquico. Puedes encontrarlos en Calle Isaac Albéniz 21, 18012, Granada.