Acudir a terapia es un paso importante y no siempre es fácil. Normalmente, nos surgen muchas preguntas, y entre ellas, una de las que más se repite es qué tipo de terapia me puede venir mejor a mi o a mi problema. La terapia centrada en las emociones es uno de los enfoques que consigue adaptarse más a la persona y a su problemática, y te contamos por qué.
¿Qué es la terapia emocional?
La terapia emocional, en resumidas cuentas, es aquella que pone el foco en las emociones, es decir, en atender la experiencia emocional del individuo y comprender qué emociones o sentimientos hay debajo del malestar. ¿que quiere decir esto?
La terapia centrada en las emociones busca comprender lo que hay detrás del síntoma, yendo al origen y al fondo del asunto. Esta terapia acude al origen del problema, ayudando a expresar esas emociones dolorosas o difíciles que al no estar siendo procesadas o atendidas, están generando comportamientos y sentimientos desadaptativos que nos afectan en nuestro día a día.
¿por qué es importante sentir la emoción? Las emociones son la fuente de información básica, que nos ayuda a entender cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo. Cuando yo no me permito sentir esa herida nuclear o esa emoción porque me produce dolor, porque me sobrepasa, o porque no le quiero dar importancia, no me estoy permitiendo comprender ni procesar mi experiencia. Esto produce esos pensamientos desadaptativos, esa ansiedad, desesperanza y malestar en general. Por ello, la terapia centrada en las emociones se focaliza en expresar y experiencia esas emociones dolorosas o difíciles que nos están afectando.
Debido a esto, este tipo de terapia, mucho más humanista y centrada en la persona, que cuenta con una contrastada evidencia científica, está siendo un auténtico éxito en Norteamérica, ya que más allá de su eficacia, a diferencia de otras terapias, se centra en entender de forma profunda a la persona y acoger su dolor.
¿Cuándo se lleva a cabo la terapia emocional?
La terapia emocional se puede adaptar a diferentes tipos de personas y patologías, ya que no se fija solamente en la sintomatología sino que acude a la raíz de los problemas. Debido a ello, es capaz de ser muy útil para gran parte de las patologías.
Esta terapia es tremendamente importante cuando hay un problema que tiene un origen emocional. A través de identificar, experiencia y simbolizar esas emociones primarias, se va disminuyendo el bloqueo emocional que no deja a la persona actuar o sentirse como le gustaría. En definitiva, es yendo al fondo y a la causa del problema, cómo se consigue que esa ansiedad o dolor disminuya y desaparezca
Los problemas que más se suelen trabajar son:
Problemas relacionales: Nos ayuda a comprender y resolver conflictos emocionales que hay debajo de los problemas con las relaciones, ya sean de amistad o de pareja.
Depresión y ansiedad: Las emociones dolorosas, las experiencias traumáticas, o la falta en el sentir o expresar pueden afectar mucho a nuestro estado de ánimo.
Trauma y abuso: La terapia emocional es tremendamente importante para personas que han experimentado trauma o abuso, permitiéndoles procesar y liberar emociones difíciles y dolorosas, desde un lugar seguro.
Síntomas relacionados con la ansiedad: La terapia emocional se centra en trabajar pensamientos obsesivos, autocrítica, perfeccionismo… explorando qué es lo que está causando esto.
¿Cuáles son las ventajas de la terapia focalizada en las emociones?
La terapia focalizada en la emoción ofrece una serie de ventajas significativas que la hacen una opción valiosa para muchas personas.
En primer lugar, a diferencia de otras terapias, no intenta ser un parche en esa herida que nos ayude a continuar con nuestra vida, sino que intenta generar un cambio profundo a que ayude a sanar esa herida, trabajando con el origen del problema, y no centrándose en los síntomas.
En segundo lugar, esta terapia permite a las personas explorar y conectar profundamente con sus emociones, lo ayuda a la persona a conocerse mejor, y ser mucho más congruente consigo misma.
En tercer lugar, esta terapia no se basa en estar realizando técnicas y hábitos constantemente para intentar reducir el malestar. Al trabajar directamente con las emociones y sentimientos que me provocan el problema, estamos produciendo cambios en el esquema emocional, lo que va a llevar, sin darnos cuenta, a que nuestra forma de reaccionar, de responder o de comportarnos sea diferente, sin tener que usar conscientemente trucos o tareas.
En tercer lugar, al centrarse esta terapia hacia una apertura emocional y experiencial, los terapeutas se focalizan en entender de manera genuina al paciente y en generar un vínculo y un lugar seguro, que facilite entrar en estos aspectos dolorosos. Esto lleva a que la persona se sienta profundamente entendida, comprendida y apoyada.
Por último, aunque esta terapia se adapta a la mayoría de la gente, puede ser una muy buena opción para aquellas personas que han probado terapias más orientadas hacia herramientas, hábitos, manejo de pensamientos u otros aspectos, y han sentido que no les llegaba a servir o que no les ayudaba a mejorar.