La dislexia es un problema que se extiende por todo el mundo. En España, según datos de 2017, afecta a unos 700.000 escolares aproximadamente y responde a una de las conocidas como Dificultades Específicas del Aprendizaje. Hoy profundizamos algo más para saber qué exponen los diferentes especialistas. ¿Qué es la dislexia? Es un trastorno del desarrollo de la lectura, una discapacidad para leer que se produce cuando el cerebro se muestra incapaz de reconocer o procesar de forma adecuada ciertos emblemas.
Publicaciones específicas como la vigésima edición de ‘Nelson Textbook of Pediatrics’ o la séptima edición de la ‘Neurology Clinical Practice’ recogió los textos de diferentes especialistas que centraron la atención en la dislexia. Determinan que este trastorno de la lectura se da cuando existe un problema en determinada zona del cerebro donde se procesa la interpretación del lenguaje, desmontando la teoría de un problema de visión.
La dislexia es un problema de procesamiento de información específica que no interfiere con la capacidad para pensar. De hecho, quienes padecen dislexia, un factor clave para el fracaso escolar, cuentan con un inteligencia normal o incluso por encima del promedio. Pero puede darse con otros problemas como el desarrollo de la escritura y el desarrollo aritmético. Un problema que suele incluso ser hereditario.
Otras definiciones de dislexia
Aunque todos caminan sobre un trayecto común, es cierto que desde diferentes organizaciones se aportan datos nuevos para comprender mejor la dislexia. Así, asociaciones internacionales en este campo sostienen que “es un problema específico de aprendizaje con origen neurológico que se caracteriza por la dificultad de precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras, y por problemas de descodificación y de escritura, causadas por un déficit en el comportamiento fonológico del lenguaje”. Desde citado organismo se incluye directamente el problema en la escritura mientras que en el ámbito de salud estadounidense se da como consecuencia probable.
Por su parte, otra de las organizaciones especializadas, ubicada y asentada en Gran Bretaña, añade que la dislexia “puede acompañar de otras dificultades en el área de la velocidad de procesamiento, memoria a corto plazo, organización, secuenciación del lenguaje hablado o habilidades motrices”. Incluso abre la puerta a posibles dificultades en la percepción visual o auditiva, lo que influye en la lectura, la escritura e incluso en la interpretación de las notas musicales.
Sobre todos los matices de las respectivas definiciones de dislexia, destacamos el factor común que no es otro que el menor que se ve perjudicado por esta problemática. Una situación que suele manifestarse con unos síntomas muy bien marcados y que también puede ser tratado con la ayuda de un especialista.
Cómo reconocer la dislexia
Como norma general, los niños con dislexia pueden presentar problemas de rima o de separación de sonidos a la hora de hablar, lo que condiciona la capacidad para aprender a leer, ya que las destrezas iniciales de lectura en un niño se basan en ese reconocimiento de palabras. La situación deriva en la incapacidad de separar los sonidos en palabras y compararlas con letras o grupos de letras, generando a posteriori la dificultad para entender oraciones.
Como síntomas generales de la dislexia se incluye:
- Incapacidad para comprender el significado de una frase sencilla.
- Incapacidad para reconocer palabras escritas.
- Incapacidad para encontrar rimas a determinadas palabras.
- Cambiar sílabas o sustituir palabras por otras.
También se reconocen como síntomas, según el portal de la Federación Española de Dislexia (FEDIS), problemas de visión a pesar de descartarse la existencia de anomalías en cualquier ojo, la manera de tomar el lápiz o situaciones vinculadas a la coordinación psicomotriz como las etapas del desarrollo como gatear y caminar si se consiguen antes o más tarde de lo habitual, si tiene problemas para atarse los cordones o mantener el equilibrio, si se marea fácilmente o si es ambidiesto y con frecuencia confunde izquierda con derecha y arriba con abajo.
Desde el portal Medlineplus, del Gobierno de Estados Unidos, se recomienda como tratamiento para la dislexia una ayuda adicional con el aprendizaje – educación especial-, tutorías individualizadas y privadas y clases diarias especiales. Resulta fundamental el refuerzo positivo, ya que muchos de los estudiantes disléxicos padecen una baja autoestima. Por tanto, “la asesoría psicológica puede ser útil”, se recalca.
FUENTES:
Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH):
Federación Española de Dislexia (FEDIS)