La solución a nuestro insomnio nocturno puede encontrarse muy a mano, tan cerca como en nuestra propia cocina. Además de la leche por sus propiedades sedantes, o ciertos alimentos que son recomendables incluir en nuestra cena, la miel es uno de los que más nos ayudarán a dormir mejor.
¿Por qué miel?
Durante las últimas décadas, se han llevado a cabo numerosos estudios científicos que han demostrado que el sueño podría inducirse consumiendo alimentos que, por su composición, son ricos en triptófano (un aminoácido esencial para la nutrición humana) y en serotonina (hormona que impulsa la relajación, señalizando al cerebro que “ha llegado la hora de dormir”), o nutrientes que estimulan la producción de estas sustancias de forma natural.
La propia composición de la miel responde a la pregunta del epígrafe: el néctar se compone de sacarosa (mezcla de fructosa y glucosa) y agua. Las abejas, al añadir componentes adicionales químicos, convierten la sacarosa en glucosa y fructosa, dejando que se evapore el agua para que el producto resultante no se estropee con el paso del tiempo. Al no tratarse de azucares procesados, si tomamos miel, aumenta ligeramente nuestro nivel de azúcar en la sangre. El aumento controlado de la insulina hace que el triptófano entre en nuestro cerebro y se convierta en serotonina que en la oscuridad se convierte en melatonina, la hormona que induce al sueño.
Además de por este motivo, son muchos otros los factores por los que conviene incluir la miel en nuestra dieta: se trata de una fuente natural de hidratos de carbono, libre de grasa y colesterol, rica en antioxidantes. También alberga proteínas, minerales (cobre, calcio, magnesio, hierro, manganeso, potasio, fósforo, zinc y sodio) y vitaminas (B6, tiamina, niacina, riboflavina, ácido pantoténico y ciertos aminoácidos.).
Hábito saludable
El hábito de tomar una cucharada de miel (en una infusión o vaso de leche) justo antes de irse a la cama, no puede hacernos ningún mal, con todo lo ya visto. ¿Vale cualquier miel? Parece ser que la de tilo es la que ofrece mejores resultados para este fin que pretendemos: dormir.
Incorporar este completo nutriente a nuestra alimentación, podemos considerarlo como un pequeño paso, una mejora en nuestros hábitos saludables que resulta siempre positivo para todos los ámbitos de nuestra vida, que interconectados, actúan en sinergia para nuestro bienestar: comer bien, tener energía, gastarlas tras un duro día de trabajo y disfrutar mucho descansando en un colchón LoMonaco.