Los tratamientos contra el cáncer representan en torno al 10 por ciento del gasto farmacéutico total en España, según datos facilitados por Farmaindustria, que reconoce que esta inversión se mantiene estable desde 2009 en términos relativos pese al aumento de la incidencia de estas enfermedades y la incorporación de 33 nuevos antitumorales.
Además, según datos de la patronal publicados coincidiendo con el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, en sus siglas en inglés) que se celebra estos días en Madrid, de los 61.947 millones de euros de gasto sanitario total del conjunto del Sistema Nacional de Salud en 2014, un total de 1.656 correspondieron al gasto farmacéutico en Oncología.
En el ámbito europeo el gasto en medicamentos oncológicos representa el 23 por ciento de los recursos sanitarios empleados para combatir esta enfermedad.
En los próximos años la industria farmacéutica confía en poder poner a disposición de profesionales sanitarios y pacientes tratamientos aún más determinantes en la lucha contra el cáncer, ya que actualmente hay más de 1.800 medicamentos en fase de desarrollo en todo el mundo dirigidos al tratamiento del cáncer, aunque no todos ellos llegarán al mercado.
En este contexto, la patronal defiende que es esencial avanzar en la medición de los resultados que, en términos de mejora de la salud, supone cada innovación, «ya se trate de un medicamento, de una tecnología médica o de cualquier otro desarrollo».
Con ello, según Farmaindustria, no sólo se mejora la calidad de la prestación sanitaria para el paciente, sino que permite hacer un uso «más racional y eficiente» de los recursos y asegurar la sostenibilidad futura del sistema sanitario.
Por otro lado, la patronal también ha destacado que en España casi el 50 por ciento de los ensayos clínicos que realiza la industria farmacéutica innovadora en colaboración con hospitales y centros de investigación públicos y privados se desarrollan en el ámbito de la Oncología.
Una actividad investigadora que, según asegura Farmaindustria, «aporta su valor intrínseco en términos de avance en el desarrollo, permite a los oncólogos españoles mantenerse a la vanguardia del conocimiento en el ámbito del cáncer y, sobre todo, facilita el acceso temprano de los pacientes a nuevas soluciones terapéuticas».