En este 6 de marzo de 2019 se celebrará el undécimo Día Mundial del Linfedema. Desde que en 2008 las distintas asociaciones de pacientes de diferentes países decidieran celebrar este día de forma coordinada, cada 6 de marzo se pretende dar a conocer esta enfermedad y concienciar sobre un problema que afecta a la población en general y dar valor a la existencia de tratamientos adecuados y prevención para evitar lo que podría derivar en una discapacidad.
Este Día Mundial del Linfedema tomó fuerza en el año 2013, momento en el cual el Congreso Internacional de Linfología determinó al 6 de marzo como la fecha para celebrar el Día Mundial.
Hacer referencia al linfedema es hacerlo a la acumulación de líquido en los tejidos blancos de una o varias extremidades por la obstrucción de los canales linfáticos. Se la considera como una enfermedad crónica que puede llegar a ser discapacitante y de carácter grave. En 2015 se apuntaba a la existencia de 800.000 casos en España y de quinientos millones en todo el mundo. En cuatro de cada cinco casos afecta a las piernas pero también puede derivarse en brazos, tronco o incluso cuello o cabeza.
Causas y síntomas
El linfedema, por el que este miércoles 6 de marzo celebraremos el Día Internacional, suele tener una serie de causas concretas. Se suele presentar tras sufrir un tumor o haber recibido un tratamiento que llega a afectar al flujo de la linfa a través de los ganglios linfáticos.
Además, se consideran factores de riesgo situaciones como la extracción de ganglios o radioterapia en axila, pelvis, ingle o cuello; el mayor número de ganglios extirpados; el exceso de peso y obesidad – por eso es importante perder peso y conocer cuáles son los suplementos nutricionales que afirman ayudarnos a adelgazar -, la cicatrización lenta de la piel tras una cirugía o bien el tumor que afecta o bloquea los ganglios o conductos linfáticos de cuello, tórax, axila, pelvis o abdomen.
Los síntomas del linfedema más comunes son:
- Pesadez.
- Sensación de piel tirante.
- Menor flexibilidad de las articulaciones comprometidas.
- Cambios en la sensibilidad y la temperatura de la zona.
- Aumento del tamaño del miembro afectado.
En la gran mayoría de casos el linfedema puede ser reversible por lo que el tratamiento irá encaminado a controlar el exceso de líquidos en los tejidos, aliviar el dolor o recuperar la funcionalidad del cuerpo.
Tipos de Linfedema
Hoy día se distinguen dos tipos de linfedema, que este 6 de marzo celebraremos su Día Internacional, según la aparición precoz o tardía, también diferenciados como primarios o secundarios.
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Primarios:
Aparece frecuentemente como un edema postquirúrgico ubicado en el tórax normalmente o en la parte interna del brazo. Puede reabsorberse espontáneamente o con un tratamiento fisioterapéutico.
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Secundarios:
Aparece tiempo después de la intervención por una descompensación de un linfedema infraclínico que solo se aprecia en pruebas específicas del sistema linfático como una linfoscintigrafía. Lo puede haber provocado una infección o una sobrecarga de actividad física, entre otros motivos.
Diagnóstico y tratamiento
Los dos aspectos más relevantes para realizar un diagnóstico de un linfedema, por el cual celebramos este 6 de marzo el Día Internacional, son un examen físico y el historial médico. En casos se puede incluso practicar un linfagiograma a través de la inyección de un medio de contraste en los vasos linfáticos y radiografías del área. Una prueba que requiere de aislamiento quirúrgico de los vasos linfáticos que se van a inyectar.
La linfoscintigrafía, por su parte, anteriormente mencionada, es una técnica alternativa para detectar un linfedema, que este 6 de marzo se celebra el Día Internacional. Por medio de una sustancia radiactiva que se concentra en los vasos linfáticos se inyecta en el tejido afectado y se confecciona un mapa por medio de una gammacámara que toma imágenes de la ubicación del marcador radiactivo. Es menos invasivo y suele ser más sencillo.
Toda vez que se diagnostica el linfedema, el paciente debe acudir a un fisioterapeuta que será quien evalué y plantee un tratamiento a tu caso concreto. Según la forma clínica y la evolución del linfedema se recibirá un tratamiento u otro. Algo que debes saber en el Día Internacional del Linfedema.
En lo que respecta al tratamiento del linfedema, este debe seguir dos fases: el drenaje linfático o fase de ataque para conseguir la mayor reducción posible de volumen independientemente de la antigüedad del linfedema y de su evolución clínica (se practica a través del drenaje linfático manual y un vendaje compresivo adaptado al caso concreto); la segunda, fase dos o mantenimiento, utilizando recursos ortoprotésicos para las medidas de compresión.
Con la intención de prevenir la acumulación de líquido se pueden adoptar medidas de prevención como las siguientes:
- Evitar infecciones.
- Calor excesivo.
- Compresión de la zona con ropa o accesorios.
- Sobreesfuerzos con los miembros afectados.
- Controlar las patologías asociadas que puedan empeorar el linfedema como obesidad, diabetes https://salud.ideal.es/general-61/2563-diabetes-tipos-y-consejos-para-convivir-con-ella.html o hipotiroidismo.
- Mantener la piel hidratada y protegerla del sol.
*NOTA: Este artículo tiene una finalidad informativo- divulgativa. Siempre ha de ser un médico especialista el que determine los procesos de diagnosis, tratamiento y terapias complementarias que estime. Si cree que puede estar enfermo acuda a su centro de salud o a un especialista colegiado, bajo ningún concepto se automedique o tome decisiones relativas a su salud en virtud de lo leído aquí o en cualquier otro sitio web.
Fuentes:
Clínica Universidad de Navarra, “sobre el linfedema” (CUN)
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)
Servicio de Salud de Castilla y León