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Las infecciones de hongos se disparan

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Sostienen el peso del cuerpo y sirven para andar, pero los pies son los grandes olvidados a la hora de dedicarles cuidados específicos. «Sólo nos ocupamos de ellos cuando nos duelen», dice el veterano podólogo Miguel Díaz. «Y cuando llega el verano, porque es cuando los enseñamos», apostilla la farmacéutica Cristina Tiemblo.

Los dos saben de lo que hablan. En la época estival, los pies se liberan de la tiranía de calcetines, medias, zapatos cerrados y botas. Ahora es cuando salen a la luz los problemas acumulados y olvidados durante los largos meses de frío y mal tiempo.
Callosidades, grietas, descamaciones entre dedos, llagas, hongos y papilomas son algunas de las dolencias que, en mayor o menor medida, afectan a buena parte de la población y que durante buena parte del año han permanecido en letargo.
Con los primeros calores, estos problemas se incrementan a consecuencia del calor y del sudor. «Se utilizan más chanclas y zapatillas, un calzado más plano y muchas veces de goma, con lo que todas estas dolencias se agravan y llegan a crear molestias al andar», comenta el dermatólogo Juan Ignacio Padró, quien cifra en casi un 10% las consultas relacionadas con la patología del pie que se atienden desde su especialidad médica.
Cuando se trata de cuestiones ‘menores’, el remedio puede encontrarse en la farmacia a través de una amplia gama de productos. Los más demandados en esta época, según Cristina Tiemblo, son las cremas hidratantes para las durezas y pomadas específicas para eliminar callosidades o tratar grietas.
Pero las dolencias de los pies no siempre tienen una solución tan sencilla como adquirir una loción y aplicarla en casa. Es entonces cuando no queda más remedio que acudir a los especialistas: dermatólogos, podólogos e, incluso, traumatólogos.
Y es que casi el 80% de las infecciones por hongos en los pies o micosis se adquieren en verano. La explicación es muy sencilla. «Con el calor aumenta la sudoración y la humedad es el caldo de cultivo idóneo para los hongos», señala Padró.
Las principales afectadas son las mujeres debido a que el uso continuado de calzado estrecho obliga a llevar los dedos apretados, con lo que los espacios interdigitales transpiran demasiado.
No obstante, el abuso de las zapatillas de deporte entre los hombres está provocando un aumento de esta patología en los varones debido a la escasa transpiración de estas prendas.
Usar chancletas

El dermatólogo recomienda utilizar chancletas en lugares húmedos y bañarse con calcetines de látex en piscinas y balnearios, además de usar desodorantes y productos secantes para cortar la hiperhidrosis o exceso de sudoración, porque «esa humedad favorece los hongos», insiste.
El ‘pie de atleta’ o ‘tiña pedis’ es la micosis más frecuente. Se calcula que la sufre casi el 90% de la población en algún momento de su vida. Se trata de una afección extremadamente contagiosa que puede cronificarse.
Por ello, el especialista recomienda extremar la limpieza diaria de los pies, lo que implica también secarlos a conciencia, en especial los espacios entre los dedos. Las medidas de higiene contemplan asimismo «no compartir nunca toallas y menos aún calcetines o calzado», advierte Padró. Asimismo, se deben usar chanclas en duchas y piscinas públicas, gimnasios o sobre la moqueta de la habitación del hotel.
Verrugas en la planta
Si la micosis es un problema, la onicomicosis (hongos en las uñas) lo es todavía mayor. Al manifestarse en principio como una lesión indolora, los pacientes lo perciben sólo como una cuestión estética, ya que la uña pierde su color natural y se deforma. Nada más lejos de la realidad. Si no se recibe tratamiento médico, puede producir tal dolor que llega a alterar la forma de caminar, provocar otras infecciones y llegar a requerir la extirpación de la uña.
La higiene y la prevención sirven también para evitar otros problemas como papilomas o verrugas en la planta del pie, una afección muy frecuente entre los niños, provocada por un virus y que resulta muy dolorosa, hasta el punto de crear molestias al andar. En estos casos, se aconseja limpiar bien la bañera después de usarla, incluso con un poco de lejía, para garantizar una completa desinfección, y no manipular en el papiloma de forma incorrecta, para que no se extienda por distintas partes del cuerpo.
Y cuando se habla de limpieza, el dermatólogo recomienda asegurarse de que el tratamiento «es muy meticuloso» en los centros de estética donde se realizan las pedicuras tan típicas del verano para lucir unos pies espléndidos. Juan Ignacio Padró asegura que «lo ideal sería que cada cliente llevase su instrumental. Como esto no es lo habitual, los usuarios de estos servicios deben tener la garantía de que los aparatos han sido esterilizados».
Las medidas de higiene también deben extremarse en el caso de los diabéticos, ya que cualquier llaga o herida en los pies de estas personas supone un grave riesgo para su salud que puede acarrear, en casos extremos, la amputación.
Algodón contra los malos olores

Pocos olores son más desagradables que el de pies. ¿Cómo remediarlo? Por supuesto, con una higiene esmerada cada vez que sea necesario. Quienes tienen este problema deben utilizar sólo calcetines de algodón o fibras naturales, ya que absorben mejor el sudor y permiten una mejor ventilación.
Además de tratamientos específicos para controlar la sudoración excesiva, se deben usar calzados de buenos materiales. Un remedio natural y barato es lavarse con agua y un chorro de vinagre o una infusión de té frío. Hay quien añade, incluso, tres cucharadas soperas de sulfato de magnesio o sales de Epson.
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