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La esclerosis múltiple, la enfermedad «de las mil caras»: formas y datos

Hablamos de la esclerosis múltiple (EM) cuando hacemos referencia a aquella enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y a la médula espinal. Según  la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (NIH), lesiona la vaina de mielina, el material que rodea y protege las células nerviosas. La lesión hace a quien la sufre que los mensajes entre el cerebro y el cuerpo sean más lentos o directamente queden bloqueados.  

Puede afectar a la vista, derivar en debilidad muscular, problemas de coordinación y o equilibrio, sensaciones como el entumecimiento, picazón o pinchazos y problemas con el pensamiento y la memoria. Las causas de esta enfermedad se desconocen, pero sí se sabe que afecta más a mujeres que a hombres. Comienza entre los 20 y los 40 años y no tiene cura, pero la medicina puede ralentizar el proceso o controlar los síntomas, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos (NIH)

Precisamente esas incógnitas son destacadas por los diferentes especialistas como es el caso del doctor Diego Clemente. En un texto publicado por la Asociación Española de Esclerosis Múltiple,  el doctor sostiene que existe “una evidente necesidad de marcadores o pruebas que puedan discernir sobre la evolución de esta enfermedad altamente impredecible de por sí”. 

TIPOS DE ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Según la Asociación de Esclerosis Múltiple de España,  esta patología suele mostrarse en cuatro situaciones bien diferenciadas: 

  • Forma remitente recurrente (EMRR): El tipo más frecuente y que afecta a más del 80 por ciento de personas con EM. En su fase inicial puede ser que no haya síntomas pero las lesiones inflamatorias en el Sistema Nervioso Central ya se están produciendo. Los brotes son imprevisibles y puede aparecer en cualquier momento durante días o semanas y luego remitir. No parece haber progresión de la EM. 
  • Forma progresiva secundaria (EMSP): Cuando persiste o empeora el grado de discapacidad se considera que entra en esta forma. Puede aparecer después de la primera fase y se considera como una forma avanzada. Entre un 30 y un 50 por ciento de los pacientes que sufren la primera forma desarrollan la forma secundaria. Suele darse entre los 35 y los 45 años. Caracterizada por una progresión continua con o sin recidivas ocasionales, remisiones poco importantes y fases de estabilidad. 
  • Forma progresiva primaria (EMPP): Es menos frecuente y solo afecta al 10 por ciento de los pacientes con EM. Caracterizada por brotes definidos, con comienzo lento y empeoramiento constante de los síntomas sin periodo intermedio de remisión. Solo hay fases de estabilidad ocasionales y mejorías pasajeras poco importantes. 
  • Forma progresiva recidivante (EMPR): Es una forma atípica en la que hay progresión desde el comienzo, pero a diferencia de la forma anterior, muestran brotes agudos claros con o sin repercusión completa. Los periodos entre brotes se caracterizan por una progresión continua. 

En lo que respecta a las cifras de pacientes afectados por esta enfermedad de las “mil caras”, destacamos que, según la última fuente citada, en el mundo existen dos millones y medio. Del total, casi un 25 por ciento residen en Europa (600.000), mientras que de estos últimos, 47.000 son residentes en España. 

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