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La audición de bebés y niños

audicionLos bebés empiezan a oír en el vientre materno antes del nacimiento, y durante los tres primeros meses de vida ya pueden diferenciar voces y algunos sonidos del habla. Esta información auditiva que recibe el bebé en sus primeros años de vida es fundamental para adquirir de manera espontánea el lenguaje oral. Por ello, que un bebé padezca una «hipoacusia» o pérdida auditiva no sólo supone una disminución en la capacidad de oír, producida por una alteración del sistema auditivo, sino que la sordera también implica una dificultad en la adquisición y desarrollo del lenguaje oral.

 

¿Cómo se detectan los problemas auditivos en el bebé?

En la actualidad, el diagnóstico temprano de la sordera en bebés es posible gracias a los Programas de Detección Precoz de la Hipoacusia en Recién Nacidos, que se llevan a cabo en los hospitales. Gracias, pues, a estos programas, se realiza a todos los bebés recién nacidos, antes del alta hospitalaria y aproximadamente a las 24 horas del nacimiento, una prueba de diagnóstico denominada «otoemisiones acústicas». Esta prueba no causa dolor ni molestias al bebé, se le realiza cuando está dormido y si hay sospecha de pérdida auditiva harán un seguimiento de la audición de tu bebé durante los tres primeros meses de vida, período en el que le realizarán otras pruebas, con objeto de disponer de un diagnóstico fiable alrededor de los seis meses de vida, que permita iniciar un tratamiento precoz enfocado a la adaptación de una prótesis auditiva y al inicio inmediato de una estimulación logopédica. Este diagnóstico precoz junto al tratamiento protésico y logopédico temprano, así como los grandes avances médicos y tecnológicos, están permitiendo, en la
actualidad, paliar, en gran medida, las consecuencias negativas de la pérdida auditiva.Pero no todas las sorderas están presentes en el momento del nacimiento, sino que en otros casos aparecen en los primeros años de vida. De ahí la importancia de prestar atención a los signos de alerta que indican que puede haber algún problema de audición.

Signos de alerta de la sospecha de problemas auditivos en el niño

El niño no se sobresalta, no se mueve ni reacciona de ninguna forma a los ruidos fuertes inesperados.
 No es posible tranquilizarlo solamente con palabras. No le tranquiliza tu voz. 
No balbucea o ha dejado de hacerlo. No vocaliza para llamar la atención. 
No dirige su cabeza a las personas u objetos familiares cuando se le indica.]
No presta atención a los cuentos.
 No se despierta con ruidos fuertes.
 No identifica las partes del cuerpo. 
Alrededor de los 12 meses no entiende frases simples como «di adiós», «haz palmitas», «dame».
 No hace frases de dos palabras. No imita sonidos libremente.
 No conoce su nombre.

¿Qué tratamientos existen para los problemas de audición?

Detectada una pérdida auditiva y tras haberse realizado las pruebas para conocer el tipo y grado de la misma, es recomendable comenzar cuanto antes el tratamiento protésico y logopédico. En la actualidad los avances tecnológicos han permitido que exista una amplia variedad de prótesis auditivas, que pueden proporcionar soluciones a los distintos tipos de pérdidas auditivas que existen. Entre las más comunes están: El audífono, que procesa y amplifica los sonidos del habla, ajustándose a la pérdida auditiva del niño. El implante coclear, prótesis auditiva que sustituye las funciones de la cóclea al convertir las ondas sonoras en impulsos eléctricos y los envía al cerebro a través del nervio auditivo. Están indicados en perdidas auditivas que no obtienen beneficios con el audífono (perdidas profundas) Implante osteo/integrado, recomendado para personas que necesitan amplificación auditiva pero tienen problemas en el oído externo o medio y no se pueden beneficiar de los audífonos.

Algunos consejos para prevenir problemas auditivos

En los casos de bebés o niños pequeños, a la vez que se inicia el proceso de adaptación protésica, se debe iniciar la estimulación logopédica a cargo de logopedas especializados en problemas auditivos. Estos profesionales estimulan y facilitan el desarrollo de la comunicación y del lenguaje oral. Realizar la limpieza del oído con precaución: limpiar el oído simplemente con una toalla húmeda por la parte externa. No deben usarse bastoncillos ni otros objetos que no hayan sido diseñados específicamente para ello porque podemos dañar el tímpano o causar otras lesiones.
Usar tapones al bañarse en la piscina o en la playa. Evitar que los niños introduzcan objetos en su oído, y si lo hacen, debe ser el otorrino quien los extraiga. Vigilar el estado del oído cuando se padezcan catarros, infecciones, alergias,…, ya que pueden causar otitis.
Respetar el calendario de vacunaciones ya que las infecciones virales (sarampión, meningitis,…) pueden dañar el oído y/o agravar la pérdida auditiva. Evitar la exposición a determinadas sustancias que pueden dañar la audición (sustancias ototóxicas) como algunos medicamentos (especialmente los antibióticos aminoglucósidos), productos industriales, alcohol y tabaco. Evitar el ruido continuado.

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