La almohada, esa gran olvidada
En sus inicios surgieron las almohadas en forma de mariposa (la famosa «Butterfly Pillow), o almohadas de gomaespuma con formas especiales (aquellas que parecían un cartón de huevos).Los especialistas en descanso ya comenzaban a ofrecer un producto funcional de calidad, basándose en investigaciones con un mínimo de seriedad. Los materiales evolucionaron, la transpiración mejoró y los beneficios en general se fueron sumando a la almohada cervical.
Usos de la almohada cervical
Antes de comenzar es necesario indicar que cada uno es diferente, duerme de una manera distinta y tiene características morfológicas diferentes. Que la almohada sea cervical no significa que sea la mejor, es otra opción que, además, tiene cualidades añadidas que pueden ser beneficiosas para la salud. Recopilemos algunos ejemplos para los que puede ser adecuado una almohada cervical, sea fácil o no acostumbrarse a ella:
– Dolores crónicos de cuello: Ninguna almohada le satisface, ni más alta ni más baja, ni más dura ni más blanda.
– Post traumatismo: Ha sufrido un accidente y su almohada no ha vuelto a darle ese estupendo descanso que antes le ofrecía. Muchos fisioterapeutas recomiendan el uso de almohadas anatómicas después de un traumatismo en el cuello.
– Roncadores: El cuello, en una posición inadecuada, dificulta una respiración fluida, apareciendo los ronquidos. Una almohada de estas características puede dar gratas sorpresas.
– Apnea: La apnea puede aparecer por muchos motivos, pero como en el caso anterior, si la respiración se ve dificultada, es más probable que se den los episodios de apnea.
Y un último consejo sobre este tema, los rellenos que se mueven no son recomendables, puesto que puede no distribuirse de manera uniforme a lo largo de la almohada y es como si durmiésemos sin ella.