Los medicamentos comercializados en España están sujetos a una serie de requisitos legales y de calidad que aseguran su eficacia en las condiciones de uso aprobadas. Esto incluye el modo de empleo (vía de administración, posología…) que se recoge en el prospecto de cada medicamento. Es demasiado frecuente y no siempre justificada, la utilización de medicamentos por vías de administración distintas a la que figuran en el prospecto.
En la práctica, pulverizar comprimidos, partir grageas, o abrir las cápsulas para administrar directamente su contenido es una actividad recomendada a veces por distintos sanitarios, bien por la dificultad del paciente para tragar, para ajustar la dosis, para administrar por sonda, e incluso por razones económicas.
Los medicamentos tienen formas farmacéuticas adecuadas a la vía de administración aprobada. Algunas veces una misma forma puede administrarse de manera segura y eficaz por distintas vías: colirios que permiten también el uso ótico, ampollas inyectables que se pueden administrar por vía oral, cápsulas orales por vía vaginal, comprimidos por vía rectal, inyectables por vía rectal… Sin embargo, el empleo de vías de administración alternativas sólo debe hacerse si figura admitido en el prospecto del medicamento, en otro caso, hay que consultar con el fabricante. Además hay que excluir la posibilidad de que se trate de un error de interpretación por el paciente.
Responsabilidad
Si se modifican las condiciones, los medicamentos pueden no mantener su eficacia y resultar incluso peligrosos como por ejemplo: sobredosis por destrucción de un sistema retard, administración parenteral de ampollas bebibles, chupar el óvulo vaginal… Por ello es muy importante respetar las instrucciones del prospecto y no modificarlas sin consultar previamente con el farmacéutico o médico. Es responsabilidad del farmacéutico cuando dispensa un medicamento, la información sobre su correcta utilización y constituye un aspecto clave de educación sanitaria.
Recomendaciones
1. En principio y mientras no se demuestre lo contrario, ningún medicamento se puede utilizar de manera diferente a como ha sido autorizada y según figura en el prospecto.
2. Respetar la vía de administración aprobada de los medicamentos.
3. Comprimidos sublinguales: no se deben tragar, ni partir o triturar, hay que mantener su integridad y colocarlos debajo de la lengua.
4. Parches transdérmicos: En general, no se deben cortar. Algunos por sus especiales características podrían cortarse, pero para saberlo hay que consultar en cada caso con el fabricante.
5. Si una forma oral está ranurada se supone que se puede partir pero esto no significa que se pueda triturar o masticar, habría que confirmarlo.
6. En general, estos preparados deben tragarse enteros y no se pueden masticar, partir o triturar. Excepcionalmente, algunos comprimidos de liberación modificada están ranurados y se pueden fraccionar. No hay reglas generales y en cada caso hay que confirmar con el fabricante a través de la oficina de farmacia la posibilidad de manipulación segura de las mismas.
Conclusiones
1. Respetar la vía de administración aprobada de los medicamentos.
2. Y si hay duda en la vía de administración del medicamento, consultar con el farmacéutico.