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¿Por qué hablamos mientras dormimos?

hablar“Anoche me despertaste porque dijiste algo que no pude entender bien, creí que me hablabas a mí, y cuando me incorporé dormías profundamente”. Si te suena esta situación entonces has experimentado alguna vez un episodio de somniloquia (del latín somnus, sueño, y loquī, hablar). Se trata de una conducta anormal, asociada al sueño, dentro de las llamadas parasomnias. Esta categoría engloba un conjunto de fenómenos que la persona realiza durante las fases REM o No REM e implican acciones motoras indeseadas.

La somniloquia que tiene un origen genético, ocurre frecuentemente en la población infantil, prevalece a medida que crecemos, y como dato curioso: es más común en las mujeres. Es un evento en el que se pronuncian una sucesión de palabras inconexas, alaridos, risas y en general frases desestructuradas donde el durmiente realmente no quiere expresar nada, sino que supone una vía de escape de los mecanismos del control del despertar. Su aparición parece estar influida por procesos febriles, estrés, ansiedad, cansancio excesivo o digestiones pesadas; puede ocurrir durante la fase de sueño profundo (fase de ondas delta donde la “charla” sería muy confusa) o en la fase REM, cuando soñamos, y entonces sí podríamos emitir un discurso algo más “elaborado”, siempre relacionado con la temática del sueño.

Además el sujeto no es en ningún momento consciente y todo resulta siempre incoherente, así que puedes estar tranquilo, tus secretos seguirán estando bajo llave.
Esta parasomnia es benigna y no afecta ni a la estructura del sueño ni a la calidad, las fases permanecen inalteradas, por lo que no necesita tratamiento específico. El único problema puede ser que perjudique la dinámica de descanso nocturno del resto de la familia, por las molestias y despertares que supone tener un compañero de habitación parlanchín.

En cualquier caso una adecuada higiene del sueño contribuye a disminuir los episodios, por eso desde Grupo Lo Monaco, recuerdan algunas pautas fundamentales y rutinas que pueden ser muy útiles:

-Evita las cenas copiosas o comer justo antes de ir a la cama.
-Toma una ducha tibia y relajante antes de acostarte, la cual seguro te hará más fácil conciliar el sueño.
-Intenta que la temperatura de tu habitación sea confortable, en torno a unos 22º.
-No veas la televisión para quedarte dormido ni uses tu Smartphone, portátil u otros dispositivo electrónico justos antes de ir a dormir.
-Procura que tu equipo de descanso siempre reúna los parámetros de confort, firmeza y temperatura para proporcionarte un descanso de calidad.

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