El psicólogo catalán Rafael Santandreu considera que suprimir las exageraciones es clave para evitar los trastornos emocionales y escapar a la amargura.
«La mayor parte de los trastornos emocionales son el resultado de la tendencia que tienen las personas de calificar de terribles cosas que no lo son: anticipan las desgracias y se toman a la tremenda las adversidades y están todo el tiempo dando vueltas sobre eso», señaló. «La gente más sana y positiva tiene el hábito de no exagerar las adversidades y aprende a convivir con ellas; esa es la filosofía ideal para lograr el equilibrio emocional», postuló el psicólogo.
El especialista advirtió, sin embargo, sobre el «mensaje de hiperexigencia y superación constante» que transmite la sociedad actual, el cual «lo único que hace es producir neurosis y enfermar a la gente«. «Los deportistas, por ejemplo, como Rafa Nadal están sometidos a una exigencia y presión constante que muchas veces les produce angustia; con mis pacientes deportistas hago hincapié en que es más importante lograr la armonía espiritual que la superación personal», apuntó.
El principal concepto que maneja Santandreu en su libro es el de «terribilitis», una patología a la que define como el «arte de agrandar los problemas y las adversidades que tienen las personas». «Las personas vulnerables emocionalmente están llenas de exigencias y cuando estas no se cumplen se enfadan con ellas mismas y con el mundo», explicó.
«No me gustan la mayoría de los libros de autoayuda, porque no sirven y sólo son una colección de ideas bonitas; hasta a veces son nocivos, como ‘El Secreto’, que inculca la idea de que si se desea mucho algo se puede conseguir; eso lo único que logra es generar ansiedad en la gente», detalló. Santandreu desarrolla sus terapias en el marco de la psicología cognitiva, que se centra en detectar las creencias irracionales que producen un diálogo interno que deprimen a la persona. «Buscamos detectar el problema y erradicarlo cuanto antes; pensamos de una manera muy distinta al psicoanálisis, que para mi gusto hace mucho hincapié en el pasado y tarda mucho en brindar soluciones concretas», afirmó.