En ocasiones la piel se empieza a llenar de manchas marrones, blancas o rojas que no tienen su origen en el sol o la edad, sino en alguna enfermedad. Acudir al médico para identificar su causa es imprescindible para poder aplicar el tratamiento correspondiente. También hay que acudir a un dermatólogo en periodos vitales que pueden generar manchas en la piel –como durante los cambios hormonales del embarazo o la menopausia– y si existe propensión genética a la aparición de manchas.
Manchas en la piel a causa de una enfermedad
- Melasma: enfermedad que produce manchas marrones simétricas principalmente en la cara (frente, mejillas o labio superior). Estas manchas tienen los bordes difusos y no presentan costras. Suele aparecer en personas con la piel más oscura, esencialmente mujeres jóvenes. Entre las causas principales de su aparición está la predisposición personal y hereditaria, aunque existen otros factores desencadenantes como la exposición solar o los cambios hormonales (provocados por el uso de anticonceptivos orales, el embarazo o problemas de tiroides).
- Acantosis nigricans: oscurecimiento de la piel del cuello, ingles y axilas, acompañada de engrosamiento de estas zonas de la epidermis. Entre sus causas están los trastornos endocrinos y hormonales y la reacción a los medicamentos.
- Pitiriasis versicolor: causa parches secos, escamosos y con picazón que son más claros u oscuros que la piel de alrededor. Crecen habitualmente agrupados y con lentitud. El hongo que causa estas manchas habitualmente vive de forma natural en la piel, pero por alguna alteración se multiplica y da origen a las manchas.
- Pitiriasis alba: es una enfermedad no cancerosa que causa manchas rojas, escamosas y con picazón que después dejan manchas blancas y tenues. Suele aparecer entre los 3 y los 16 años y afectar a la cara, aunque también puede surgir en cuello, hombros y brazos.
- Vitiligio: causa la aparición de manchas blancas en la piel en aquellos lugares donde las células que producen pigmento (color) se han destruido. Estas manchas suelen aparecer en lugares expuestos al sol y se desarrollan en torno a los 20 años. Su causa no está muy clara, aunque los investigadores creen que podría ser una enfermedad autoinmune hereditaria.
- Psoriasis: las manchas de la psoriasis son secas, se descaman y causan picor. Su centro es blanco y sus bordes rojos. Suelen aparecer antes de los 30 o después de los 50. Están relacionadas con factores genéticos y no son contagiosas.
- Dermatitis atópica: es un tipo de alergia que suele ser más común en la infancia, aunque también afecta a adultos. Deja áreas blanquecinas en la piel muy resecas que pican y se descaman.
- Milia: las milias son protuberancias elevadas blancas en la piel que están llenas de líquido y que suelen ser indoloras. Puede aparecer cuando la queratina queda atrapada bajo la capa externa de la piel o como resultado de daños al tejido, ampollas, inflamación de la piel… Existe además una enfermedad llamada milia en placa que produce el mismo efecto, aunque las milias están rodeadas en este caso de piel elevada, roja, escamosa y con picazón. No tiene causa conocida.
- Lupus: es una enfermedad autoinmune que provoca manchas rojas en forma de mariposa en el rostro así como heridas en la boca y la nariz. Estas manchas suelen ir acompañadas de fiebre, dolor en las articulaciones y cansancio.
Manchas provocadas por el sol y la edad
A menudo las manchas que aparecen en la piel son consecuencia del sol y la edad. La exposición a los rayos solares puede provocar la aparición de pecas y otras manchas, dañando la dermis. Las manchas solares (hipomelanosis guttata) son áreas blancas que aparecen por haber perdido el pigmento de la piel a causa del envejecimiento de la misma por la exposición al sol o por factores hereditarios. Son inofensivas y, en sí mismas, no sugieren el desarrollo de una enfermedad.
Por otra parte, las manchas que aparecen con la edad (seniles) son frecuentes en personas mayores de 50 años. También pueden aparecer en gente más joven si han pasado mucho tiempo al sol. Estas manchas de color tostado, marrones o negras, suelen aparecer principalmente en los hombros, los brazos, el rostro y las manos, por ser las zonas más expuestas al sol. Dichas manchas son inofensivas y no necesitan tratamiento salvo que se observe un cambio, en cuyo caso se deberá consultar a un médico para descartar una enfermedad como melanoma.
A pesar de que son manchas inofensivas, conviene utilizar protección solar y evitar exponerse al sol durante mucho tiempo ni hacerlo en las horas de más radiación. La exposición directa a rayos ultravioletas provoca hiperpigmentación y puede causar alteraciones en la piel precursoras de enfermedades.