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El rincón del experto: El ejercicio físico durante la menopausia

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Nicolás Mendoza Ladrón de Guevara, profesor del Máster Propio en Alimentación, Ejercicio Físico y Deporte para la Salud (Food&Fit) de la Universidad de Granada y director del Departamento de Obstetricia y Ginecología, Universidad de Granada. Presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).

La práctica de ejercicio saludable se ha relacionado con la protección y promoción de la salud física y mental, con el incremento de la calidad de vida, así como con la prevención de la muerte prematura por cualquier causa en cualquier edad, sexo o estado de salud.

La inactividad física, no solo pone en riesgo la salud de la mujer en la peri o la postmenopausia, sino que acrecienta los problemas derivados de estas etapas, ya de por si momentos de cambios e incluso de riesgos para algunas mujeres.En este sentido, es abundante la evidencia que relaciona la práctica habitual de ejercicio físico con la mejora denumerosos indicadores de salud y de calidad de vida, así como con la prevención de diversas dolencias que se instauran precisamente en la peri y la postmenopausia. Podríamos inferir que la actividad física es algo más que un estilo de vida, constituyéndose por sí mismo como una forma de terapia.

Una guía de práctica clínica publicada por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) señala que el ejercicio regular produce efectos beneficiosos sobre el sistema cardio-metabólico, en la prevención de las fracturas óseas, en la pérdida de la masa muscular y en el riesgo a caersede las mujeres peri y postmenopaúsicas.Aunque el ejercicio no parece reduce notablemente los sofocos, la evidencia sí señala que mejora la calidad de vida.

Para la AEEM, la práctica regular de ejercicio físico de intensidad baja-moderada se considera como una terapia no farmacológica eficaz para la prevención o tratamiento de los efectos adversos de la menopausia. Todos estos beneficios son manifiestos desde los primeros meses de práctica, cuando se adaptan a las condiciones de cada mujer, con la adherencia y la duración de su práctica. En este sentido, los ejercicios que se hacen en grupo e intercalan actividades de alta intensidad (tipo Pilates) parecen ser los más apropiados por cuanto se asemejan más al ritmo de vida actual y se consiguen beneficios añadidos (masa muscular, masa grasa, fuerza, equilibrio).

 

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