El pasado 18 de Marzo se celebró el Día Mundial del Sueño, día creado en 2008 por la Word Association of Sleep Medicine (WASM), con la principal intención de concienciar a la sociedad de lo necesario que es un descanso saludable. Y es que, es sabido por todos, que cuando el sueño es reparador, la salud y la felicidad abundan.
¿Pero por qué es tan importante dormir bien?
Dormir ocupa la tercera parte de la vida de una persona, todo lo que afecte a la calidad del sueño, repercutirá directamente en nuestra salud y bienestar. Los tres elementos que definen la calidad del sueño son la duración, continuidad y calidad. Debemos dormir lo necesario para despertarnos lo suficientemente descansados, esto nos va a permitir mantenernos alerta a lo largo del día, ya que aunque nos pensemos que durante la noche el cerebro está también “relajado”, todo lo contrario, se mantiene activo. Durante la noche, mientras dormimos nuestro cerebro trabaja para reparar el organismo, afianzar la memoria… de ahí que un sueño de poca calidad o cantidad, produzca efectos negativos en nuestra salud a la larga.
Las consecuencias de un mal descanso aun son objeto de estudio por numerosos investigadores, pero de lo que no cabe duda y está totalmente demostrado es que la personas que descansan mal son más propensas a sufrir problemas de obesidad, diabetes, o incluso cáncer, como ya explicó la doctora Mirta Averbuch, jefa de Medicina del Sueño del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Y es que, no solo afecta a nuestra salud, dormir mal también afecta la vida familiar, social y laboral, directa o indirectamente.
Existen algunos consejos que nos gustaría ofrecerte y que puedes llevar a cabo para asegurarte tener un sueño reparador:
- Levántate y acuéstate cada día a la misma hora. Nuestros horarios se echan a perder sobre todo durante el fin de semana. Hay que tratar de cumplir una rutina diaria para dormir.
- No tomes sustancias excitantes después de media tarde: café, té, coca cola…etc. En definitiva, sustancias que pueden alterarnos el sueño por la noche.
- Ducharse antes de acostarnos nos ayuda a bajar la temperatura corporal y nos predispone a dormir más relajados.
- Intenta cenar como mínimo dos horas antes de acostarte.
- Realizar ejercicios suaves durante el día y preferiblemente al mediodía o a media tarde.
- Mantén el ambiente y la temperatura adecuada para dormir. Tratar de que la temperatura se encuentre entre 16 y 20 ºC.
- Evita las bebidas con alcohol. Como mínimo tres horas antes de acostarse.
- Evita la “luz azul” en la cama, como la luz de los teléfonos inteligentes o la iluminación con LED, ya que bloquean la curva del sueño.
- Consulta con tu médico, algunos fármacos tienen efectos secundarios que afectan a nuestro descanso.
- Tómate descansos de manera regular (10-15minutos), esto ayudará a evitar situaciones de estrés.
- Limita la siesta. 30-45 minutos son suficientes.
- Tu colchón, el lugar ideal para dormir. Asegúrate de que tu colchón cumple con los parámetros de confort, firmeza y temperatura que te aseguran un descanso reparador.