Este tipo de particularidad climática no deja indiferente a nuestro organismo y los expertos advierten que puede propiciar infecciones virales, agravar los síntomas de la alergia, cuadros de migrañas y repercutir negativamente en el descanso nocturno. Efectivamente un buen sueño requiere de unas condiciones térmicas óptimas y un exceso de frío o calor altera la calidad del mismo. Entonces, además de la temperatura del ambiente que queda fuera de nuestro control ¿cómo equipar nuestro equipo de descanso para mitigar los efectos que pueden provocar en el organismo estos cambios propios de la estación?
Nórdicos: Es recomendable optar por nórdicos versátiles que ofrezcan un abrigo adecuado a cualquier estación. Existen en el mercado, edredones que garantizan la calidez perfecta por su gramaje y por sistemas adicionales de aireación y ventilación constante; esta combinación de elementos hacen que se consiga la estabilidad térmica durante el sueño que se requiere en esta variable estación.
Cubre protector: El cubre colchón puede hacer funciones extra además de proteger la superficie del colchón. Un Cubre Colchón de Lana Merina de Grupo Lo Monaco, certificado por The Wolkmark® Company contribuye a que siempre tengamos una temperatura corporal constante durante el sueño. Concretamente cuando el clima es cálido, mediante la “refrigeración por evaporación” mantiene la temperatura fresca y mediante el mecanismo “calor por absorción” mantiene la temperatura cálida.
Sábanas y fundas nórdicas: En la época a la que nos referimos, es el momento idóneo para abandonar la ropa de cama de invierno con tejidos como franelas, coralinas… etc. Para decantarnos por textiles que combinen el algodón con otros materiales, para así facilitar la transpiración y en consecuencia la regulación de la temperatura.
Conviene pues, no dejarnos llevar por el espejismo de algunos días calurosos, y seguir utilizando textiles y ropa de cama para el equipo de descanso acordes con la primavera. Y es que por algo lo dice el refrán, “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, y aplicar esta máxima a la hora de encontrar un buen descanso puede ayudarnos a lograr la difícil tarea de lograr un sueño reparador.