Antes del viaje en coche
– Descansar las horas que se establecen por expertos como recomendables, es decir, entre 7 y 8 horas, así evitaremos la somnolencia diurna. Si el viaje está previsto para por la tarde, dormir siempre una pequeña siesta de 30 minutos antes y nunca salir de trabajar y automáticamente emprender el viaje, esto genera un ciclo de 12/14h sin dormir en el que la fatiga es inevitable.
– Desayunar alimentos que nos hagan estar despejados y revitalizados. Un desayuno completo, debe estar compuesto por un lácteo, que nos proporcionará proteínas y calcio, cereales, que añaden a nuestra dieta hidratos de carbono y la energía que el cuerpo necesita y además, no podemos olvidar incluir fruta.
Durante el viaje
– Evitar viajar en las horas centrales del día. Está demostrado que el organismo sobre las 14h y las 16h está predispuesto a disfrutar de un período de sueño, por lo que resulta conveniente anteponer o posponer la salida a este rango de horas señalado.
– Descansar cada dos horas de viaje o cada 200kms. Conviene bajar del vehículo unos 30 minutos, estirar las piernas, hidratarse y tomar un tentempié rico en carbohidratos.
– Los signos de somnolencia, son a veces difíciles de reconocer para un conductor ya sea novato o experto; picor de ojos, necesidad de moverse en el asiento, dificultad para fijar la mirada, zumbidos… son señales de fatiga al volante. Muchas personas ante estos, intentan ir más rápido para llegar antes a su destino y evitarlos, lo que resulta un error, ya que en su lugar se debe interrumpir la conducción al más mínimo indicio y tomar una pequeña siesta o turnar al conductor.
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