Ya lo dice la frase clásica “Mens sana in corpore sano”, pero ¿cómo se consigue un cuerpo sano? La solución a esta ecuación la tendríamos combinando diferentes variables, algunas pueden suponer una incógnita, pero otras son viejas conocidas para nosotros: una alimentación sana, ejercicio regular, abandonar hábitos nocivos como el tabaco y por supuesto, un buen descanso.
Un buen dormir es una cuestión fisiológica donde convergen una serie de procesos biológicos que tendrán lugar a partir de unas condiciones ambientales que deben ser propicias; por eso el dormitorio, debe ser un lugar especialmente ideado para descansar, cuidando con mimo cada uno de sus detalles. Empezaremos por el elemento más importante a tener en cuenta en el dormitorio, que sin lugar a dudas, es un buen colchón: una superficie uniforme, que se adapte a los contornos de nuestro cuerpo, flexible pero firme para que garantice el sustento adecuado que la columna necesita. Y no solo el colchón, la ropa de cama debe ser suave, transpirable e idónea para la estación en la que estemos. Nórdicos y mantas no deben sofocarnos, ya que, por exceso o por defecto, podemos pasar una mala noche por culpa de una ropa de cama inadecuada. Lo que se persigue es conservar durante toda la noche, una sensación térmica estable y equilibrada, además la temperatura ambiente de la propia estancia, debe oscilar entre los 20 y los 22Cº.
Aunque es obvio, no podemos dejar de mencionar la higiene en el dormitorio. Se deben mantener limpios todos aquellos elementos que sean susceptibles de ser lavados (cortinas, alfombras, colchas, sábanas, nórdicos…). Y también ventilar todos los días la habitación, con 10 minutos es suficiente. Más tiempo solo supondrá que entre polvo en el dormitorio, cosa que por cierto, se debe controlar periódicamente para que no se acumule en los muebles. El colchón debe ser de un material que evite la acumulación de ácaros y bacterias, recordar que el látex impide que se albergue polvo en su interior además de ser un ambiente inhóspito para microorganismos.
Una iluminación adecuada es condición sine qua non para un buen sueño, y el mejor sueño se consigue a oscuras. Lo ideal son varios puntos de luz distribuidos estratégicamente por la habitación y que permitan la regulación de la intensidad cuando se acerca la hora del sueño, para terminar con todo apagado. Para dormir también se requiere silencio, si el ruido ambiente no te lo permite o si el dormitorio no está en una estancia aislada de la casa, podemos probar a dormir con tapones, ¡funciona!
Utilizaremos una metáfora recurrente para intentar explicar el papel que juegan cada uno de los elementos de la vida saludable: queremos construir un edificio y que sea un edificio firme, capaz de soportar el paso del tiempo. Empecemos por la construcción de la estructura, los pilares que van a sustentar nuestra obra, ninguno es más importante que otro, es el conjunto el que soporta. Pero el daño en uno de ellos puede repercutir en la seguridad del todo.
Ese edificio somos nosotros y los pilares nuestros hábitos de vida. Usted decide, es el arquitecto de su edificio y si quiere, en Grupo Lo Monaco pueden diseñar su descanso.