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Dormirse rápido, ¿cómo conseguirlo?

Una de las situaciones más desesperantes que pueden ocurrir a la hora caer en brazos de Morfeo es intentar dormirse rápido sin éxito, no poder conciliar el sueño,  sentirnos muy cansados y dar vueltas en la cama con los ojos como platos. Lo peliagudo de la situación es que cuanto más miramos el reloj y van pasando los minutos, más estresados estamos y más se nos resiste el sueño. Parece ser que esa ansiedad  por dormirnos es un cóctel fatal, que desencadena una mezcla de ingredientes dañinos para nuestro descanso nocturno.

Quizás la clave pueda estar en el control de la situación ¿cómo conseguir tomar las riendas? Recientemente el doctor Andrew Weil (director del Centro de Medicina Integral de la Universidad de Arizona, EE.UU), ha puesto en conocimiento del gran público un truco que facilita el que podamos dormirnos en nada más y nada menos que en un minuto.

Técnicas para dormirse rápido: la técnica 4, 7, 8 

Esta técnica de respiración nos ayuda a concentrarnos en la sensación de sueño, e intenta sacar el máximo beneficio del ritmo respiratorio. Ha demostrado ser muy efectiva y de ahí que cada vez se haga más popular. Se trata de una especie de respiración diafragmática (desarrollada en la parte inferior de los pulmones) que se recomienda de primeras, practicar sentados, con la espalda recta, y no repetir más de 4 veces al día. Una vez que hayamos practicado este ejercicio en esta posición,  podemos intentarlo en una postura horizontal, sobre la cama. 

El propio nombre, «técnica 4, 7, 8», ya nos indica el tiempo de inhalación del aire (4 segundos),  siempre por la nariz,  para posteriormente aguantar la respiración 7 segundos y terminar exhalando el aire por un lapso de 8 segundos  (siempre por la boca). Bastaría repetir este ejercicio varias veces para sentirnos relajados, centrar la mente en la sensación de sueño y lograr dormirse rápido.

¿Qué hay que evitar? 

A pesar de todo, por mucho que practiquemos esta técnica 4, 7, 8,  hay veces que es difícil dormirse cuando lo deseamos. ¿Por qué? Las actividades y hábitos que hemos llevado a cabo a lo largo del día pueden ser perjudiciales y poco propicias para nuestro sueño, por eso hay que evitarlos si queremos preservar nuestro sueño intacto al llegar la noche:

-Controlar el tiempo de siestas.

-Evitar el exceso de cafeína sobre todo en la segunda mitad del día.

-Evitar practicar deporte al menos dos horas antes de ir a la cama.

-Cenar frugalmente, las malas digestiones dificultan el sueño.

 

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