Cada año se detectan en España entre 200 y 250 casos de paludismo o malaria y un centenar de casos de dengue en personas que las han ‘importado’ tras viajar a países en los que estas enfermedades son más corrientes, una tendencia que se extiende y que preocupa a los expertos médicos.
El doctor Alonso, director del Centro Internacional de Investigación en Salud, ha alertado sobre la necesidad de abordar la aparición de enfermedades poco habituales en Europa ante el fenómeno de un mundo cada vez más globalizado, con movimientos constantes de personas, porque los virus y las enfermedades contagiosas no conocen fronteras.
Ha recordado, además, que no se trata sólo de estar prevenidos y alerta ante las enfermedades que pueden llegar del denominado tercer mundo sino también de las que, desde aquí, podemos traspasar a otros países, como la resistencia de los neumococos a la penicilina, una situación que tuvo su epicentro en la ciudad de Barcelona y que se ha diseminado posteriormente a casi todo el mundo.
Casos ‘propios’
Aparte de los casos ‘importados’ de enfermedades infecciosas, se ha mencionado el que puede ser el primer caso de paludismo autóctono en España, que se detectó el pasado año en la comarca de Los Monegros (Huesca), y que es el primero comunicado desde la erradicación de la enfermedad en el país en los años sesenta del pasado siglo.
También han citado un brote de ‘chikungunya’ en Italia el año 2007, de carácter autóctono, una situación que nunca se había producido en Europa, y cuyo transmisor responsable fue el mosquito invasor Aedes albopictus, conocido también como ‘mosquito tigre’. Si bien esa enfermedad se consiguió controlar en el país transalpino, en el 2010 se detectaron al menos tres casos nuevos en Francia, donde también se comunicaron dos casos de dengue.