Un estudio publicado por la Academia Española de Dermatología y Venereología afirma que tener el lugar habitual de residencia en localidades situadas a más de 700 metros de altitud aumenta considerablemente las posibilidades de sufrir un melanoma o cáncer de piel. Además, la prevalencia de melanoma más alta se encuentra en la población que reside entre los 1.400 y los 1.499 metros de altura sobre el mar, siendo de 2,36 personas por cada 1.000 habitantes.
Para llegar a esta conclusión, científicos de la UGR y el Hospital Clínico analizaron los casos de melanoma clínica e histológicamente diagnosticados a personas residentes en la provincia de Granada que acudieron al centro hospitalario entre los años 1982 y 2007 (25 años). La radiación ultravioleta (UV) es el principal factor de riesgo ambiental modificable en el desarrollo del melanoma cutáneo. Teniendo en cuenta que las personas que residen a gran altitud reciben elevadas dosis de radiación UVB, el objetivo de este trabajo fue analizar la posible asociación entre melanoma y altitud y medir la dosis eritemática diaria (dosis de irradiación solar capaz de producir un eritema mínimo en la piel de cada persona) a diferentes altitudes.
Una patología en crecimiento
La incidencia del melanoma cutáneo se ha incrementado notablemente en todo el mundo, especialmente en la raza caucásica y en los países industrializados. En España la tasa de incidencia de melanoma también ha aumentado en las últimas décadas. Además, Suiza y el Tirol austriaco presentan una mayor incidencia de melanoma con respecto a otros países de Europa central que están situados a una latitud similar.
Si se compara la incidencia de melanoma ajustada por superficie relativa corporal, se encuentra en individuos mayores de 60 años la mayor incidencia de melanoma en la cabeza y el cuello, donde la radiación UV acumulada es mayor. Además, el melanoma es más frecuente en las piernas de las mujeres, donde la radiación UV acumulada es mayor que en las piernas de los hombres.