Cuando la sangre circula por el sistema arterial y venoso se produce un intercambio de sangre no oxigenada por oxigenada en las diferentes zonas del cuerpo humano. El corazón marca el ritmo y conduce a través de la arteria aorta sangre oxigenada, y ésta regresa de nuevo al corazón a través de las venas con sangre no oxigenada para ser renovada. Estaríamos hablando de la circulación sanguínea de retorno. A diferencia de la circulación arterial, las venas no cuentan con un motor que bombee la sangre, que vuelve por la propia acción del movimiento, por ello en ocasiones se producen fallos en este mecanismo. Normalmente se ven afectadas las piernas, las venas en esta zona se encuentran dilatadas, se ven oscuras y abultadas e incluso pueden notarse fácilmente por debajo de la piel: estaríamos hablando de las temidas varices.
Los factores de riesgo más frecuentes en esta patología benigna, son ciertos hábitos de vida como el sedentarismo, el peso, el colesterol, factores genéticos etc. Afecta sobre todo a mujeres (aunque los hombres tampoco se libran), y se estima que un 67% de la población la sufre en España.
El síntoma más visible de las varices es el perjuicio estético que causan, ya que se empieza a apreciar a lo largo de la superficie de la piel la red venosa. Además en ocasiones van acompañadas de otras molestias: sensación de pesadez y cansancio en las piernas, calambres, punzadas y dolor. Estos fenómenos tienen lugar sobre todo por la noche.
Es de suma importancia que las personas afectadas por estas molestias practiquen actividad física que les permita poner en marcha el plano inferior corporal. En la misma línea se debe llevar una alimentación adecuada con una dieta equilibrada que evite las grasas saturadas y potencie el consumo de alimentos ricos en fibra. Además la ingestión de abundante agua durante el día es muy beneficiosa para este problema. Sobra decir que un descanso efectivo, que ayude a desprendernos del estrés, relaje nuestros músculos y la tensión en los tejidos, ayuda a evitar la aparición de las molestias típicas de este trastorno. Por tanto, es fundamental que nuestro colchón no genere puntos de presión en ninguna zona, y mucho menos en las regiones afectadas por varices.
Además existe un truco sencillo para facilitar la circulación de retorno mientras dormimos, como es colocar las piernas algo más elevadas que el resto del cuerpo. Para ello podemos ayudarnos de varias almohadas, o de un somier que proporcione diferentes planos de articulación como el Somier Articulado Eléctrico Natura de Grupo Lo Monaco.