En el periodo vacacional rompemos con la rutina, optamos por divertirnos y a la vez relajarnos, pasar tiempo con los nuestros, olvidarnos de las preocupaciones diarias y el estrés. En definitiva la mayoría optamos por “cambiar de aires” como mejor opción para pasar las vacaciones, una especie de “borrón y cuenta nueva”, transitorio. Esto supone una alteración en nuestros hábitos diarios que puede tener consecuencias en diferentes aspectos de nuestra vida, y muy frecuentemente en el descanso nocturno.
Afrontar las primeras noches fuera de casa puede resultar difícil, tanto para nosotros los adultos, como para los más pequeños. Nos encontraremos con un ambiente poco familiar al cual en un principio, nos puede costar acostumbrarnos. Hay ciertas pautas que pueden seguirse para acelerar el proceso, y así aprovechar al máximo nuestro tiempo de ocio y descanso:
–Asegúrate de reservar el alojamiento adecuado: si se trata de un apartamento, fíjate en el número y tipo de habitaciones y camas con las que está equipado. Si es un hotel déjate guiar por sus recomendaciones, según el número de personas que vayáis y edades.
–Deshacer las maletas: Es mejor hacerlo nada más llegar si es posible. Podemos establecernos en nuestro nuevo dormitorio de tal manera que tenga cierto parecido al de nuestro hogar. Instalarnos así nos ayudará a mantenernos organizados y más tranquilos a lo largo de nuestra estancia.
-Crea un “rincón de juego” para los más pequeños: Lleva algunos juguetes de la casa y colócalos estratégicamente sobre una estantería, en una esquina siempre al alcance de tus hijos. La creación de un lugar para que los niños jueguen hará que la habitación de vacaciones parezca más familiar y acogedora.
-Si tienes un bebé y va a dormir en una cuna de viaje, una buena opción sería acostarlo antes de que nos vayamos de vacaciones, en las siestas o incluso alguna noche. De esta manera, se sentirá en un lugar cómodo y conocido, y le ayudará conciliar el sueño más fácilmente.
–Siestas “inteligentes”: Niños y mayores necesitamos un descanso al menos una vez durante el día. Esta pausa nos relaja y es eficaz para completar un posible descanso nocturno deficiente. Tenemos que encontrar el tiempo para asegurarnos este sueño.
-Mantén los rituales para ir a dormir: En la medida de lo posible hay que mantener los rituales para con nuestros niños durante nuestras vacaciones para así compensar en parte el cambio percibido.
–Darnos tiempo: “Tirar la toalla” e irse de vuelta a casa por culpa de varias noches de insomnio es un error, hay que tener siempre presente, que seguro nos adaptaremos al nuevo entorno. Debemos tener paciencia y saber aguantar el primer par de noches fuera de casa para asegurarnos disfrutar en adelante unas vacaciones felices.