Uno de cada cuatro profesores sufre trastornos de voz, según ha mostrado el libro ‘ Patología de la Voz,’ editado por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial (SEORL-PCF). Y es que, tal y como ha explicado el jefe del servicio de ORL del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Ignacio Cobeta, los profesores son el colectivo que, con diferencia, más patologías de voz sufren, especialmente aquellos que tratan con niños pequeños.
Además, los trastornos de la voz aumentan a medida que disminuye la edad de los niños que enseñan. En una universidad, el aula suele tener un ruido ambiental de entre 35 y 40 decibelios (db), por lo que se requiere hablar entre 55 y 60 db. En cambio, en una clase infantil el ruido alcanza los 60-65 db y los profesores deben hacerse oír a 70-75 db. Si el aula es grande o reverbera la voz, se necesita más diferencia. Del mismo modo, según datos de la SEORL, se calcula que un tercio de los docentes sufre alteraciones de la voz al menos una vez durante el curso académico, lo que ocasiona una gran parte de las bajas laborales. En este sentido, los nódulos en las cuerdas vocales son más frecuentes en mujeres que en hombres, ya que la laringe femenina es más pequeña y las cuerdas deben vibrar el doble, advierte este especialista.
De hecho, un estudio entre profesores navarros publicado este mes en la revista ‘Archivos de Prevención de Riesgos Laborales’ revela que la disfonía en los profesores es una razón frecuente para visitar un especialista. Entre estos profesionales, las mujeres muestran un mayor riesgo de sufrir de nódulos de las cuerdas vocales. «A pesar de ello, la mayoría de docentes no busca ayuda y sólo recurre al tratamiento y no a la prevención», ha comentado el experto, para destacar la importancia de que los profesores no hablen en clase más de 4 horas al día, se hidraten, eviten el tabaco y el alcohol y hagan llamadas de atención no vocales como, por ejemplo, con aplausos o pitidos. «Deben utilizar grabaciones y fomentar la participación en el aula para no hablar todo el tiempo, aprovechar los recreos para descansar la voz, valerse de micrófonos y altavoces y educar la voz. «Se puede recurrir a clases de logopedia para aprovechar mejor el potencial de la propia voz y no forzarla», ha apostillado.
Por otra parte, el libro ‘ Patología de la Voz’ también recoge el avance que supone la cirugía ambulatoria de la voz en parálisis vocales, que sufren a menudo quienes fuerzan la voz y quienes se someten a intervenciones quirúrgicas relacionadas con el aparato fonador. «La cirugía de la voz está siendo cada vez más utilizada en ancianos, apunta, ya que con la edad se va perdiendo la calidad de la voz y gracias a la cirugía se consigue rejuvenecer y eso reduce el aislamiento social. Este tipo de intervenciones también se están utilizando en transexuales», ha zanjado el doctor del Servicio de ORL del Hospital Central de Asturias, Faustino Núñez.