El próximo día 20 de Noviembre se celebra como cada año, el Día Universal del Niño, fecha que conmemora la declaración de los Derechos del Niño por la ONU. Uno de los derechos fundamentales que recoge el citado documento es que el niño tiene derecho a crecer y desarrollarse en salud. Precisamente el sueño es una función fisiológica en la salud y crecimiento de un niño; numerosos problemas psicomotrices, emocionales y de aprendizaje se derivan de la falta de sueño, por lo tanto sueño y salud son conceptos íntimamente relacionados.
Existen varios factores relacionados con la cantidad y calidad del sueño que podríamos señalar como “las reglas de oro” para un buen descanso infantil:
¿Cuántas horas debe dormir un niño?
La respuesta a esta pregunta es variable porque todo depende de las necesidades de cada niño, aunque los expertos establecen una guía general sobre lo que sería recomendable. Así un recién nacido duerme unas 16 horas a lo largo del día, pero a partir del primer año de vida, las horas de sueño se reducen considerablemente hasta 12 horas. Ya en edad escolar dormir 10 horas sería suficiente para que las necesidades de descanso de un niño estén cubiertas. Como norma y utilizando el sentido común, podríamos considerar que nuestro hijo ha descansado, si durante el día no percibimos ninguna señal que denote cansancio en el niño.
Sueño y alimentación
La cena debe ser en su justa medida, ni frugal que el niño se despierte a media noche con hambre, ni abundante para evitar pesadez, que impida conciliar el sueño ya sean pequeños o mayores. Lo ideal sería una cena rica en verduras, alimentos a la plancha y durante el día limitar la ingesta de azúcar.
El descanso, asunto de familia.
La mayoría de conductas en los niños se producen por imitación y aprendizaje, si en el entorno no perciben unos hábitos de sueño sanos y adecuados, difícilmente podrán en práctica rutinas de sueño. Generar una atmósfera adecuada para el sueño, unas rutinas diarias, resultan herramientas eficaces para ayudar a dormir a nuestros hijos: anunciar que ha llegado la hora de ir a la cama, siempre aproximadamente en el mismo momento del día, acompañarlos a la cama, leerles un cuento, crear una atmósfera tranquila…etc.
Equipo de descanso.
Ni que decir tiene que, al igual que en adultos, un equipo de descanso adecuado es fundamental para un sueño de calidad. Debe reunir los parámetros idóneos de confort, firmeza y temperatura, una superficie capaz de sustentar una espalda en crecimiento, y con el confort suficiente para adaptarse a las curvas naturales del cuerpo, sin crear puntos de presión y sin que dificulte la libertad de movimientos. Además la temperatura que proporcione el equipo de descanso debe ayudar a la termorregulación que se necesita para descansar. Los padres deben tomar conciencia de la importancia de este aspecto e invertir tiempo y dinero en un buen colchón, una buena almohada y una buena base para sus hijos.
En Grupo Lo Monaco somos conscientes de ello y trabajamos para poder aportar el mejor descanso a nuestros niños, asegurándonos así de la correcta evolución y crecimiento de nuestros clientes más pequeños.