El caso, es que existe un trastorno psíquico en el que la conducta es antónima. Se llama Tricotilomanía y consiste en arrancarse el pelo.
La tricotilomanía suele generar vergüenza social porque quien padece este trastorno psicológico tiene miedo al rechazo que conlleva aparecer en público con síntomas evidentes de haberse arrancado el cabello.
Este hábito, que generalmente genera una dosis de continua autoagresión, no se suele producir en presencia de otras individuos y ni mucho menos, cerca de su entorno cercano.
Cierto es que, salvo miembros muy próximos de la familia, quienes lo sufren no reconocen el trastrorno. Es más, camuflan la alopecia.
La tricotilomanía está considerada como un trastorno del control de los impulsos. El diagnóstico siempre deber ser dado por un especialista que establezca las consecuencias y causas con el objetivo de el descarte progresivo de otro tipo de patologías.
Cejas, pubis…
Los vellos también pueden ser arrancados de otras partes que no radiquen en el cuero cabelludo. Se han observado casos en los que los tricotilomaníacos también recurren a los vellos de las cejas o de la parte púbica.
Otro de los afectados suelen tener un componente esquizofrénico. Entre sus muchos comportamientos esquizoides, la autoagresión suele presentarse, en este caso, mediante la extracción de vello y que no suele desaparecer hasta que se supera la fase de angustia.
Un porcentaje de afectados se arranca el pelo debido a una enfermedad mental grave, como la esquizofrenia, pero también se dan casos en que se autoagreden de esta manera como consecuencia de algún problema psíquico transitorio y no vuelven a hacerlo una vez que superan la fase de angustia.
Arrancar el pelo a los demás
Una de las variantes de esta enfermedad radica en la obsesión no reprimible de arrancar el pelo a otros individuos, así como también, la extracción compulsiva en texturas como las de muñecas, jerseys u animales domésticos.
Datos obtenidos del estudio de Stein DJ y Hollander E ( Dermatology and conditions related to obsessive-compulsive disorder. J Am Acad Dermatol 1992) y manual de estudio de las numerosos trabajos publicados por el doctor Quesada, quien ayuda a los enfermos de esta enfermedad en su portal www.tricotilomania.org .
De sus estudios realizados, se intrerpreta que, por un lado, la interpretación del trastorno de rapar la cabeza al afectado es totalmente errónea ya que pospone el problema y, por otro, la reducción de los niveles de ansiedad y estrés.
En definitiva, como en otros muchos trastornos de la conducta, la comprensión y el acercamiento hacia la protección del afectado, componen un elemento de incalculable de valor. Cómo debe sentirse un hijo que busca refugio en sus progenitores y no lo encuentra. No es un extraño. Ante todo, es un ser humano con el derecho a ser ayudado por los que en su amplitud de miras, divisan su problema.