El estudio sobre esta patología , que ha sido publicado en el Journal of the American Medical Asociation (JAMA), pone de manifiesto el efecto beneficioso del tratamiento de la apnea del sueño sobre el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares. La apnea del sueño, según estas fuentes, causa episodios intermitentes y recurrentes de oclusión de las vías aéreas superiores durante el sueño relacionados con los ronquidos, la somnolencia y la fatiga diurna.
La apnea afecta a entre 2 y 4 % de la población adulta y se relaciona directamente con la hipertensión arterial, con enfermedades cardiovasculares y con problemas metabólicos y neurocognitivos. El doctor Ferran Barbé ha realizado un primer análisis objetivo sobre esta patología que compara la incidencia de la hipertensión y de los aspectos cardíacos entre un grupo de pacientes con apnea sometidos al tratamiento con presión positiva continua en las vías aéreas (CPAP) -que distribuye aire ligeramente presurizado durante el ciclo respiratorio-, y un grupo de pacientes sin terapia activa.
En el estudio participaron 723 pacientes de entre 18 y 70 años de 14 hospitales universitarios estatales a los cuales se hizo seguimiento durante cuatro años. Los pacientes tenían veinte episodios cada hora de hipoxia (síndrome recurrente de la apnea que causa la falta de respiración) pero sin somnolencia diurna y ninguno de ellos sufre hipertensión, enfermedades cardíacas, abuso de alcohol ni consumo de hipnóticos.
Del grupo de pacientes, 357 recibieron tratamiento con CPAP y 366 no, según informa el centro hospitalario. Los datos obtenidos revelan que cuando el tratamiento se utiliza a lo largo de cuatro horas durante la noche disminuye la incidencia de los problemas cardiovasculares.
