Existen determinados ritmos biológicos de los seres vivos que varían según períodos de tiempo, adaptándose a determinadas circunstancias del entorno y el ambiente. En este sentido, los ritmos circadianos de los mamíferos han evolucionado para adaptar a los animales a las particularidades del ritmo de vida terrestre de 24 horas, que se caracteriza por períodos de luz-oscuridad/día-noche.
A pesar de que el proceso molecular que establece la periodicidad de las neuronas “reloj” (situadas en el Núcleo Supraquiasmático del cerebro)es bien conocido por los investigadores, hasta el momento no se sabían los mecanismos neuronales mediante los cuales se transmiten los comportamientos rítmicos.
Cómo el reloj biológico regula la sed antes de dormir
Científicos del Instituto de Investigación de la Universidad Central de MacGuill, liderados Charles Bourque, profesor de Neurociencia, hallaron en un experimento que los ratones antes de un período natural de sueño (aproximadamente unas dos horas antes), beben una gran cantidad de agua, sin que sientan realmente esta necesidad fisiológica. Los ratones que no bebieron, experimentaron una deshidratación significativa cerca del final del periodo de sueño, lo que explica que esta ingesta de agua contribuye al mantenimiento del equilibrio hídrico durante la noche.
Además, esta conducta parece movida por la actividad de las neuronas que contienen vasopresina y que se encuentran en el núcleo supraquiasmático. Estas neuronas a su vez envían la orden a las células que controlan la sed en el cerebro, por lo tanto el estudio concluye que esta sed antes de dormir está ordenada por el reloj biológico y no por una necesidad inmediata de hidratar el organismo.
Un paso más para conocer cómo funciona el reloj biológico
La investigación de la Universidad de MacGuill da una primera idea de cómo el reloj regula una función fisiológica y cuál es el mecanismo neuronal implicado. Comprender cómo funciona este proceso, abre las puertas al desarrollo de tratamientos farmacológicos que puedan ayudar a superar problemas relacionados con como son el ‘jet lat’ o personas que sufren el síndrome de la fase del sueño retrasada o los trabajadores a turnos.
Volviendo al tema de la hidratación, una ingesta adecuada y moderada de agua antes de ir a dormir, nos ayudará a sacar todo el provecho a nuestro descanso facilitando la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo durante el sueño.
No es necesario beber litros de agua antes de ir a la cama, con un vaso aprovecharemos todas estas ventajas. Si a esto le añadimos un equipo de descanso óptimo, el buen sueño estará asegurado.