Algunas alteraciones neuromusculares, esqueléticas o pulmonares, provocan que las personas que las sufran requieran una ayuda adicional para respirar. Algunos de los síntomas más comunes son la disnea, la fatiga y las cefaleas.
Si siente dificultad para respirar, o falta de aliento como si se estuviera ahogando, probablemente sufra disnea. Este trastorno respiratorio también se presenta junto a unos síntomas físicos muy obvios como tos, mareo u otros signos de agobio. Además, la mala circulación, conocida como cianosis, puede provocar que los pies y las manos se vuelvan azuladas.
Esa sensación de falta de aire puede ser un indicio de otros trastornos cardíacos y enfermedades graves, por lo que cuando la falta de oxígeno no se resuelve rápidamente, es conveniente consultar con un médico con urgencia. Si la dificultad para respirar está acompañada por un esfuerzo muscular, el enfisema, la bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pueden ser las causantes de trastorno respiratorio. La pleuresía, que consiste en la inflamación de los tejidos que rodean los pulmones y el revestimiento de las cajas torácicas, también puede conducir a una disnea severa. De igual modo, puede provocar disnea el asma, las enfermedades virales como el crup, el estrés y la insuficiencia cardiaca congestiva. Por otro lado, también las malformaciones esqueléticas graves en la columna vertebral y en la caja torácita, y las lesiones en la espina dorsal y en el pecho, pueden ser causas directas de que la persona sufra esta dificultad al respirar.
Para diagnosticar la disnea, bastará con realizarse unas pruebas médicas que pueden incluir radiografía del torax, análisis de sangre y un examen físico para examinar la salud física.
El asma, por su parte, está causada por una inflamación de las vías respiratorias, lo que lleva a que cuando se produce un ataque de asma, los músculos se tensen y su revestimiento se inflame. Esto produce que se reduzca la cantidad de aire que puede pasar por éstas. A menudo, en personas con vías respiratorias sensibles, el asma se desencadena por inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes. Algunos de los alérgenos más comunes son los ácaros de polvo, el moho, el polen, el estrés, químicos en el aíre y en los alimentos, algunos medicamentos, el ejercicio y el humo del tabaco.
La mayoría de las personas que padecen asma sufren ataques separados por periodos asintomáticos, mientras otras tienen dificultad prolongada para respirar con episodios de aumento de falta de aliento. Los ataques de asma pueden durar de minutos a días.
Equipos BiPAP
Estos, y los demás casos de insuficiencia respiratoria, se tratan con equipos de Soporte Ventilatorio (BiPAP). La presión producida por estos equipos permite al paciente introducir en sus pulmones la cantidad de aire necesaria, además de asumir temporalmente las funciones del paciente en el caso de fracaso respiratorio.
Oximesa se encarga de suministrar equipos BiPAP en el domicilio de los pacientes. Tras obtener la prescripción médica, el paciente puede contactar con dicha empresa para que ésta instale el equipo en su domicilio. En menos de 24 horas, el personal de Oximesa se desplaza al domicilio indicado por el enfermo para dejarle el equipo listo para su funcionamiento. Además, se encarga de instruir al paciente en el manejo de los dispositivos, le advierte de las precauciones a seguir con el uso del BiPAP y le informa del Servicio de Atención permanente que presta Oximesa en Granada.
Entre las distintas modalidad de BiPAP, se encuentra el espontáneo, con el que se entregan al paciente dos niveles de presión realizando éste el resto del trabajo respiratorio, el asistido o controlado, que además de los dos niveles de presión pueden programarse parámetros respiratorios como la frecuencia o la relación I/E, por lo que compensa el posible deterioro que puede sufrir el paciente en su respiración.