El Síndrome Postvacacional, también llamado Depresión Postvacacional, o estrés postvacacional, que llena los espacios de noticias al llegar septiembre, no es otra cosa que una reacción de estrés moderada, una respuesta adaptativa, que nuestro organismo experimenta al volver a los quehaceres cotidianos y a los horarios que se establecen como normales, tras un período de vacaciones de varias semanas de duración. Oscilará el grado de afectación entre unas personas y otras, de hecho hay ciertas circunstancias que hacen que sea más intenso para algunos, como por ejemplo el descontento general con su vida cotidiana o el tener altas expectativas para ese período del año. Son susceptibles de padecer este fenómeno, adultos y niños; quizás estos últimos son quienes más lo sufren, por disfrutar de un período de “libre albedrío” por norma general, más prolongado que el de sus papás.
No es una patología tipificada en los manuales de psicología y psiquiatría, de hecho no existen datos significativos de mayor afluencia a las consultas de atención primaria por este motivo, aunque sí es un “síndrome”, porque abarca un conjunto de síntomas que pululan de la ansiedad a la depresión y de carácter físico y psíquico: cansancio, falta de concentración, somatizaciones (dolor de cabeza, trastornos gastrointestinales…etc.), nerviosismo, apatía, llanto fácil, y los que más refieren los perjudicados, síntomas relacionados con la calidad del sueño, pudiendo situar en un continuo los trastornos que van desde el insomnio, hasta la hipersomnia. Gran parte del estrés postvacacional se traduce en problemas de sueño, pero a su vez, una parte muy importante del remedio para todos estos síntomas es trabajar las rutinas y la higiene en el descanso. Así, podemos superar esta situación con pautas como:
– Dejar los últimos días de las vacaciones, de “mini período” de adaptación. Es necesario volver a sincronizar nuestro reloj biológico con los horarios que se requieren para comenzar la rutina diaria. Realmente, lo recomendable es siempre mantener los mismos horarios de comidas y sueño y no someter estas actividades fundamentales a cambios bruscos.
– Cura de sueño: dormir más los primeros días de la vuelta, nos hará sentirnos descansados, no restar horas de sueño con actividades estériles, como la televisión. El sueño es una actividad fundamental para un desempeño eficaz de nuestras tareas cotidianas, si restamos horas, nuestro día a día se verá seriamente afectado.
– Practicar ejercicio físico en el exterior, nos ayudará a sentirnos optimistas y a combatir el insomnio.
– Cuidar la alimentación más que nunca, en estos días: combinar una dieta revitalizante, con alimentos que suban la concentración y nos hagan estar relajados (hidratos de carbono, alimentos ricos en triptófano y nutrientes con vitamina B que contribuye al buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso).
– Trabajar la relajación, cómo en cualquier estado de estrés que experimentemos, esta práctica nos ayuda a recobrar el control perdido.
Y por supuesto afrontar la temida “vuelta” con optimismo: reencuentro con nuestros compañeros, enfrentarse al otoño con ilusión, volver a dormir en nuestro Equipo de descanso LoMonaco… Y si aún no lo tienes, la buena noticia de la temporada es queGrupo Lo Monaco, no sube el IVA. con estas perspectivas ¿quién dijo depresión después de las vacaciones?