El sueño es un perído de tiempo en el que el cuerpo y el alma se renuevan y preparan para la actividad del día siguiente. Durante el sueño se pueden producir alteraciones de la respiración, y existen personas que sufren problemas durante la noche mientras duermen, que consultan con su médico, porque presentan un ronquido muy estruendoso que impide dormir a su compañero/a de cama y notan durante el día una importante somnolencia, que afecta a su capacidad de concentración e influye negativamente en su rendimiento. El síndrome de Apnea del Sueño, es un cuadro clínico que cursa con frecuentes episodios de escasa duración de interrupción de la respiración, que obligan al paciente a despertarse de forma consciente o inconsciente múltiples veces a lo largo de una noche.
Trae como consecuencia, pérdidas de horas de sueño y por lo tanto, aparición de somnolencia diurna en situaciones normales de la vida diaria. Debido a la disminución del aporte de oxígeno, puede traer consecuencias a nivel de diferentes órganos de nuestra economía cardiovascular, sexual, etc. Los principales síntomas de detección de la enfermedad, referidos al acompañante de cama pueden ser el ronquido, pausas de Apnea, movimientos corporales excesivos o cambios de personalidad; en cuanto a los referidos para el propio paciente, somnolecia diurna, ahogos nocturnos, pérdida de capacidad intelectual, cefalea nocturna e impotencia sexual. Importante es saber que el ronquido aisladamente no es sinónimo de Síndrome de Apnea del Sueño (SAOS).
¿POR QUÉ SE PRODUCE?
La enfermedad se genera cuando los músculos de las vías respiratorias superiores son incapaces de contribuir a la inspiración del aire y se cierran como consecuencia de una pérdida de tono durante el sueño o por efecto de una obstrucción anatómica a nivel orofaríngeo, (amígdalas hipertróficas, bocio, alteraciones nasales, etc.) Cada vez que se producen estos episodios, el organismo percibe una sensación de asfixia y el paciente se despierta y vuelve a tomar aire. Existen otro tipo de apneas menos frecuentes llamadas Centrales y cuyo problema radica en los centros de control de la respiración localizados en el cerebro. Finalmente existen las denominadas apneas Mixtas, en cuyo origen confluyen problemas a nivel de control de la respiración y de tono muscular de la vía aérea.
Desde Oximesa nos informan que en Granada tienen a 7.200 pacientes atendidos en domicilio con un equipo o dispositivo llamado CPAP, para el tratamiento de la apnea del sueño .Esta terapia no tiene ningún coste para ellos ya que es el Sistema Sanitario Público Andaluz, quien se hace cargo del coste de la prestación. Además, en Granada existen dos unidades del sueño para el diagnóstico de la enfermedad que están situadas en los Hospitales San Cecilio y Virgen de las Nieves.
PRESIÓN POSITIVA CONTINUA (CPAP)
El sistema consiste en un ventilador fácilmente transportable y silencioso, que envía un flujo de aire a través de un circuito hasta una máscara nasal. La presión es determinada por un médico especialista y es la justa para impedir el colapso de las vías respiratorias durante el sueño. Además el uso del sistema es de fácil manejo tras la pertinenre explicación del especialista. En el mercado hay muchos dispositivos y artilugios dedicados al tratamiento fundamentalmente del ronquido, (pastillas, almohadas, pulseras…), pero ninguno ha demostrado corregir las profundas alteraciones del sueño que este síndrome produce. Los tratamientos quirúrgicos están experimentando un notable avance en los últimos años y constituyen una alternativa para un grupo determinado de pacientes.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
La única forma de asegurar que una persona padece el Síndrome de Apnea del Sueño, es mediante la práctica de un estudio de sueño, que se realiza en una habitación tranquila, donde mientras el paciente duerme, un especialista analiza lo que sucede durante el sueño; las veces que se producen pausas en la respiración, en qué fases del sueño se producen, cómo se modifica el contenido de oxígeno durante las apneas, si se acompañan de arritmias cardíacas, y en definitiva, si el paciente presenta una estructura reparadora y fragmentada por múltiples pausas de la respiración. El perfil de un paciente con SAOS, es generalmente de un joven obeso, gran roncador, con paradas nocturnas de la respiración y con tendencia a dormirse en las situaciones más extravagantes.
El tratamiento inicial es la pérdida de peso y el cambio de conductas muy habituales en nuestro tiempo. Es recomendable abstenerse de bebidas alcohólicas o del uso de medicamentos inductores del sueño, pues se ha demostrado que empeoran el cuadro de apnea. En muy pocos casos estas medidas solucionan o atenúan el problema, pero en la mayoría es preciso iniciar el sistema de Presión Positiva Contínua sobre la Vía Aérea, (CPAP).