La palabra Shiatsu traducida del Japonés significa «presión con los dedos» y se realiza en el suelo, sobre tatami, con el receptor del masaje vestido. Esta técnica consiste en presionar fuertemente, sirviéndose de todo el peso del cuerpo, con los pulgares, con tres dedos o con las palmas de las manos, sobre ciertos puntos concretos a lo largo de los meridianos o canales energéticos de nuestro cuerpo, los mismos utilizados en la Acupuntura o el TUI-NA Chino, logrando con ello equilibrar el Ki, o energía cuyo bloqueo causa el dolor y las contracturas.
Las zonas sobre las que se realizan las presiones se denominan «tsubo«; estos puntos actúan sobre los músculos, huesos, nervios, vasos sanguíneos y linfáticos, y sobre las glándulas. Las presiones en determinados puntos al actuar sobre la circulación sanguínea y linfática, evitan la estasis y favorecen el metabolismo de los tejidos, estimulando el tropismo muscular; además disminuyen la fatiga y son relajantes, gracias a la eliminación de ácido láctico causante de las contracturas musculares, y de otras sustancias tóxicas que generan trastornos en las terminaciones nerviosas y en los órganos. Todo esto contribuye también en el mantenimiento y la mejora de la apariencia de la piel.
Experimentar los beneficios de esta técnica japonesa nos aportará no solo bienestar físico, si no un estado de relajación profunda, duradera y excepcional.