El informe científico-técnico sobre el COVID-19 elaborado por el Ministerio de Sanidad y actualizado el 4 de abril señala que las embarazadas son uno de los grupos de riesgo frente a esta enfermedad. Muchas gestantes están preocupadas por las consecuencias que el nuevo virus pueda tener en su salud y la de sus hijos y, si bien aún hay pocos datos al respecto, algunos estudios sugieren que la infección durante el embarazo puede tener ciertas consecuencias.
Embarazo y coronavirus: riesgos
Según el citado informe del Ministerio de Sanidad, existen muy pocos datos disponibles sobre embarazadas afectadas por COVID-19, pero parece que no son más susceptibles de infectarse por coronavirus. De hecho, este nuevo virus parece afectar más a hombres que a mujeres.
Con respecto a las posibles complicaciones del embarazo durante el coronavirus, el informe recoge los datos de dos estudios que analizaron las características de 18 mujeres con COVID-19 que se encontraban en el tercer trimestre del embarazo. De estas dos publicaciones, el informe extrapola “con la máxima precaución, dado el número limitado de casos” las siguientes conclusiones:
- La neumonía en las pacientes embarazadas no parece ser más grave que en el resto de grupos de población.
- No hay evidencia de la transmisión intrauterina del SARS-CoV-2 (el nuevo coronavirus) en mujeres que adquieren la infección durante el tercer trimestre del embarazo.
- La infección perinatal por SARS-CoV-2 puede tener efectos adversos sobre los recién nacidos, como pérdida del bienestar fetal, parto prematuro, distrés respiratorio o trombocitopenia acompañado de alteración de la función hepática e incluso muerte.
En caso de sintomatología, hay que autoaislarse en el domicilio y ponerse en contacto con los servicios sanitarios según las recomendaciones vigentes en la comunidad autónoma. Según la OMS es recomendable dar prioridad en la realización de los tests a las embarazadas que presenten síntomas de COVID-19, porque es posible que necesiten recibir atención especializada.
Prevención durante el embarazo y el puerperio
El documento ‘Manejo de la mujer embarazada y recién nacido con COVID-19’, elaborado por diferentes sociedades médicas y coordinado por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno, recomienda una serie de medidas preventivas para evitar el contagio de las embarazadas. Dichas medidas no difieren de las que debe tomar toda la población:
- Lavado frecuente de manos.
- Al toser o estornudar, cubrirse la nariz y la boca con el codo flexionado.
- Evitar tocarse los ojos, nariz y boca, ya que las manos facilitan la transmisión.
- Usar pañuelos desechables para eliminar secreciones respiratorias y tirarlos tras su uso.
- Evitar aglomeraciones y transporte público.
- Limitar las relaciones sociales.
- Limitar los viajes a los estrictamente necesarios.
Estas medidas también deben mantenerse durante el puerperio. Asimismo, tras el nacimiento del niño se deben evitar las visitas en casa durante la epidemia.
En caso de que la madre tenga COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que puede amamantar al bebé pero siguiendo estas pautas:
- Lavarse las manos antes y después de tocar al bebé.
- Mantener una buena higiene respiratoria mientras se amamanta al bebé, usando mascarilla si tiene alguna disponible.
- Limpiar y desinfectar de manera rutinaria las superficies que haya tocado.
Asimismo, la OMS señala que el contacto directo y temprano ayuda al desarrollo del bebé, por lo que es recomendable mantener un contacto piel con piel con el recién nacido, compartir habitación y amamantarlo. A este respecto, el documento elaborado por las sociedades médicas españolas señala que se podría valorar el contacto piel con piel tras el nacimiento si se puede garantizar un adecuado aislamiento entre madre-hijo.