A la hora de ir a la cama…
La parte más difícil de retomar las rutinas es el momento de conciliar el sueño por la noche. A la falta de hábito se suma la circunstancia especial de que en los días previos a empezar las clases los niños están excitados por el nuevo curso y las novedades que este les deparará, y todos sabemos lo difícil que es dormir cuando estamos expectantes. Pero no está todo perdido, algunas estrategias pueden ayudar:
– Cambiar la hora de acostarse progresivamente. Comenzar con los preparativos previos antes de que el niño vaya a la cama, unos 15 minutos antes cada día hasta llegar a la hora deseada.
– No forzar situaciones. La sensación de dar vueltas en la cama sin poder dormir es angustiosa ¿verdad? Pues lo mismo le ocurre al niño. Se deben utilizar otras tácticas, leer un cuento, o una pequeña charla de lo ocurrido durante el día puede relajar la situación.
¿Y por la mañana?
– Empezar a levantarse más temprano unas semanas antes de comenzar las clases.
– Predicar con el ejemplo: Como adultos, debemos esforzarnos más que nunca para que en estos primeros días tengamos todos listo desde bien temprano. Así además tendremos más tiempo para dedicarnos exclusivamente a atender a los niños.
– Expertos indican que la exposición a la claridad contribuye a llenarnos de energía. Un truco muy sencillo es abrir la persiana media hora antes de levantar al niño, para hacer más llevadero el “madrugón”.
Por último recordar que la vuelta al cole es un momento perfecto para revisar el equipo de descanso de nuestros hijos. Una base en buen estado y un colchón de firmeza media y adaptable a su vez, asegurarán que su espalda descanse de manera correcta. El objetivo último de todo es no robar horas al descanso nocturno, recordemos que el sueño es la base del crecimiento de un niño sano.