La relajación consciente se realiza con una mezcla de óxido nitroso y oxígeno que se emplea con fines médicos para inducir la anestesia o controlar el dolor. Cuando desde el propio mundo de la odontología se habla de sedación, se lo relaciona con dormir al usuario, pero nada más lejos de la realidad. Este gas produce un efecto de agradable relajación y satisfacción en el paciente que permanece en todo momento consciente y dueño de sus actos, pero tranquilo ante la intervención del especialista.
Se trata de un sistema complementario y no sustituto del anestésico. Una alternativa especialmente indicada para aquellas personas que sienten fobia, taquicardia o ansiedad ante la visita al odontólogo. Puede emplearse para cualquier tipo de intervención pero es muy recomendable cuando el paciente es hipocondríaco o tiene la sensación que va a sentir mucho dolor. El óxido nitroso aminora las posibles molestias al inyectar la anestesia por su acción analgésica, y aporta una sensación de calma y alivio.
En la mayoría de los casos se trata de un tratamiento momentáneo previo que ejerce el profesional como preparatorio, y que beneficiará tanto al usuario como al especialista, que podrá centrarse en su trabajo con más eficacia y facilidad sin constantes interrupciones.
La aplicación se realiza mediante inhalación a través de una mascarilla, y siempre bajo supervisión y el control de un médico con la formación necesaria para el manejo de este dispositivo. No tiene efectos secundarios y es un gas que se elimina rápidamente, su acción tras aplicarse dura tan solo entre 2 o 3 minutos.
En España este método se está empezando a utilizar cada vez con más frecuencia, mientras que en otros países como EE.UU o Inglaterra está totalmente implantado y es empleado por el 70% de los dentistas. En Granada, la Clínica Apneadent con una amplia experiencia en el sector, lleva tiempo poniendo a disposición de sus clientes este procedimiento que genera una sensación placentera y elimina los perjudiciales y frecuentes nervios. Para todos aquellos que al acudir al odontólogo se sienten incómodos y sufren sensación de ahogo, sudoración, o taquicardia, esta técnica les puede resultar muy provechosa para que ir al dentista deje de ser sinónimo de miedo, y se convierta en una experiencia nueva y sosegada.