La mayor concienciación con las personas que no pueden ingerir gluten ha generado una amplísima variedad de productos en supermercados, tiendas especializadas y grandes superficies como parte fundamental de su oferta.
En primer lugar conviene concretar qué se entiende por celiaquía o enteropatía, una enfermedad crónica cuya incidencia en España se estima de 1/71 en la población infantil y 1/357 en la población adulta. Se trata de una reacción del sistema inmunitario al consumo de gluten, proteína que se encuentra en el trigo, la cebada, la espelta y el centeno. Es decir, en aquellos cereales que están presentes en la harina con la que se elaboran distintas variedades de pan y que, en el caso de los celíacos, se sustituyen por panes sin gluten cuya base son harinas de trigo sarraceno, arroz, maíz o almendras.
Evitar esta proteína no sólo resulta de obligado cumplimiento para los que sufren esta intolerancia por los muchos problemas y sintomatología que lleva aparejada su ingesta (produce daños en el intestino delgado) sino que representa una opción muy atractiva para aquellos que quieran seguir una dieta más saludable y equilibrada y evitar productos procesados.
Concienciación social
Otro dato a tener en cuenta es la concienciación cada vez mayor que se tiene de esta enfermedad, especialmente en las tres últimas décadas en las que ha pasado de ser una patología poco frecuente, y casi exclusiva de los más pequeños, a convertirse en una de las enfermedades autoinmunes más comunes que afecta igualmente a los adultos y puede presentarse a cualquier edad. Esta sensibilización ha quedado reflejada en la industria alimentaria, en la hostelería, en la adopción de planes por parte de las empresas y centros educativos y en la elaboración de menús especiales sin gluten. Por ello es significativa la amplia variedad de alimentos sin gluten que se pueden encontrar en los supermercados, tiendas especializadas y grandes superficies como parte fundamental de su oferta.
Panes sin gluten
Eliminar el gluten de nuestra dieta abre la posibilidad de otras muchas alternativas igualmente saludables y deliciosas. Con ellas se da cabida a nuevos productos, elaborados con harina de arroz, de almendras o de maíz, en lugar de la más convencional de trigo. Gracias a ello podemos degustar panes sin gluten con un alto valor nutricional y disfrutar de una rica oferta que responde totalmente a las necesidades del día a día en nuestros hogares, como los bollos, el pan rallado, el brioche, payés, rústico, tradicional y de molde, sin renunciar tampoco a aperitivos o acompañamientos igualmente sabrosos para reuniones festivas o de amigos. En ellas no pueden faltar las galletas y rosquillas saladas, los colines, palitos, crackers, picos y pan tostado junto a todas nuestras elaboraciones. Y no olvidemos los baguettes, bases para pizzas, panes para hamburguesas y wraps, tan apetecibles siempre para una comida más desenfadada y las creaciones más sencillas.
Muchos beneficios para nuestra salud
Más allá de los beneficios que supone para las personas celíacas la eliminación de esta proteína en su dieta por la mejora patente que experimentan en su estado físico (normalización de los valores de anticuerpos, regeneración de la mucosa del intestino delgado, mejor absorción de los nutrientes, compensación de la pérdida de peso..) decantarse por productos sin gluten conlleva también ventajas para aquellos que deciden suprimir el gluten en su alimentación como una opción más saludable en su estilo de vida. Entre otras, la mejora de la digestión porque al eliminar productos con harina de trigo se evitan síntomas tan frecuentes como la pesadez, los gases o la hinchazón. Con esta dieta también se contribuye a la reducción de las calorías, carbohidratos y azúcares y a la mejora de nuestro metabolismo, estado de la piel, salud cardiovascular, niveles de colesterol y triglicéridos.