Aunque la percepción general es que el tabaco y el deporte son incompatibles, lo cierto es que el número de deportistas que fuman no es desdeñable. Y no hablamos solo de deportistas aficionados, porque existen abundantes casos en el deporte de alta competición.
A modo de ejemplo, en el mundo del fútbol son muchas las grandes estrellas cuya afición al tabaco es, o era, sobradamente conocida: los nombres de Johan Cruyff, Robert Prosinecki, Alfredo Di Stéfano, Diego Armando Maradona, Gerard Piqué o Zinedine Zidane son solo una mínima parte de la extensa lista de deportistas de élite que fuman o fumaron.
Para satisfacer nuestra curiosidad consultamos a esta web, perteneciente a un establecimiento especializado en complementos para fumadores. Así hemos podido conocer cuáles son los artículos más demandados por los deportistas aficionados que fuman con regularidad.
Analicemos las consecuencias que el tabaco puede tener en los deportistas, según la modalidad de consumo, y veamos cuáles son las opciones favoritas de las personas que practican deporte y fuman.
Consideraciones previas
Bajo ningún concepto pretendemos presentar como saludable ningún tipo de consumo de tabaco, o de productos asimilados.
Fumar consiste en la inhalación de componentes volátiles que no son necesarios para el organismo y que suelen ser perjudiciales, algunos en mayor medida que otros. Por lo tanto, partimos de la base de que fumar, sea cual sea la modalidad elegida, supone un perjuicio cierto para la salud en general.
Adicionalmente, este hábito puede conllevar un descenso en el rendimiento deportivo. Si se combina un consumo tabáquico compulsivo con la práctica de deporte extremo, incluso puede considerarse una conducta de riesgo.
El tabaco y el deporte
Sin entrar en consideraciones acerca de las consecuencias derivadas del tabaco en la salud general, veamos cómo afecta este hábito a los fumadores en el momento exacto en que están practicando alguna clase de deporte.
- Aumenta el nivel de monóxido de carbono en el organismo. Por tanto, resulta más difícil conseguir una correcta oxigenación, especialmente si se está realizando un sobreesfuerzo físico.
- Eleva el nivel de la frecuencia cardíaca. Se somete al corazón a un trabajo adicional para conseguir la oxigenación, además del esfuerzo extra solicitado por la práctica de ejercicio. Mayor riesgo de anginas de pecho, especialmente en deportistas que ya no son jóvenes.
- Mayor presión arterial. El ejercicio físico eleva la tensión arterial del practicante. Con el tabaco, esta aumenta más aún. La conclusión clara es que la probabilidad de accidente cerebrovascular se ve incrementada. Como en el caso anterior, estos riesgos son más acusados en los deportistas ‘senior’.
- Menor rendimiento deportivo y resistencia a la fatiga. La merma del rendimiento y la mayor fatiga son consecuencias directas de los tres fenómenos físicos indicados en los puntos anteriores.
- Influencia negativa en el desarrollo de los músculos. Consumir tabaco de manera habitual no solo hace más difícil la potenciación de la musculatura, sino que favorece la pérdida de masa muscular en caso de lesiones o accidentes que impliquen una interrupción de las actividades deportivas.
Por lo tanto, el consejo obvio para cualquier deportista que fume es que abandone el hábito cuanto antes. Sin embargo, esto no es tan sencillo, ya que la nicotina del tabaco es una sustancia fuertemente adictiva: el fumador no solo tiene dependencia física, sino que es habitual que también tenga dependencia psicológica.
Así que es interesante conocer los efectos de cada una de las modalidades de consumo. Porque si el deportista es incapaz de dejar de fumar, quizá sea conveniente que se plantee cambiar a una modalidad que reduzca los riesgos.
Los cigarrillos
Son el producto tabáquico más consumido en todo el mundo. Su dosificación nicotínica está calculada al milímetro por los fabricantes, y produce la eliminación inmediata de la ansiedad inconsciente que experimenta el fumador cuando el nivel de nicotina desciende en su organismo. Por eso es la opción favorita de la gran mayoría de fumadores.
El humo del cigarrillo se aspira con fuerza, al objeto de que se introduzca en los pulmones. En menos de 10 segundos, la nicotina es trasladada al cerebro por el torrente sanguíneo, por lo que el efecto es instantáneo.
Todos los médicos consideran que es la forma más perjudicial de fumar. Pero el liderazgo del pitillo es indiscutible, incluso entre los fumadores deportistas: ellos también escogen el cigarrillo de forma mayoritaria.
Puros y pipas
El puro y la pipa se consumen de manera más pausada y menos compulsiva que los cigarrillos. El fumador solo pasa una pequeña parte del humo a sus pulmones, y la mayor parte de la nicotina se transfiere a la sangre a través de las mucosas bucales.
Sin ser un hábito saludable, ni mucho menos, se considera que sus efectos para la salud son menos perjudiciales, en general, que los de los pitillos. Con las salvedades de que la probabilidad de desarrollo de cánceres de boca y lengua es más elevada que con su hermano pequeño el cigarrillo.
El consumo de puros y pipas siempre ha sido minoritario, y las leyes antitabaco que prohíben fumar en el interior de los locales públicos los han convertido en opciones testimoniales. Los deportistas no son una excepción a la norma, y muy pocos son los que fuman pipas o habanos.
Los cigarrillos electrónicos
El cigarrillo electrónico ha irrumpido con fuerza en el universo de los fumadores. El dispositivo consiste, básicamente, en un depósito de líquido de vaporización y una resistencia que lo calienta.
El fumador no aspira humos procedentes de combustión, sino vapor. El vapor es producido por sustancias como la glicerina y el propilenglicol, y su composición es similar a las nubes de niebla artificial que se utilizan en discotecas, televisión y espectáculos musicales multitudinarios.
Al líquido para vaporizar se le añade nicotina pura y aromas dulces o que recuerdan al tabaco. La ventaja es que el fumador que vapea puede escoger la dosificación de nicotina, con lo que existe la posibilidad de ir reduciéndose hasta eliminarla del todo, consiguiendo abandonar la dependencia.
Otra ventaja es que no se inhalan componentes nocivos procedentes de la combustión, por lo que hay coincidencia médica en señalar que sus riesgos son menores que los de pitillos, cigarros y pipas. Incluso las autoridades sanitarias del Reino Unido defienden que el cigarrillo electrónico puede considerarse una herramienta efectiva para combatir la adicción a la nicotina.
El porcentaje de fumadores que usan vapeadores en España ronda el 2,5 %. No hay estadísticas oficiales acerca de su uso por personas deportistas, pero en los establecimientos del ramo afirman que el porcentaje puede cuadruplicar o quintuplicar al indicado por la estadística general.
Estaríamos hablando, a título orientativo, de un 10-12 % de fumadores deportistas que utilizan el cigarro electrónico.
Las cachimbas
La cachimba parece ser el instrumento de moda en España. Son multitud las tiendas virtuales que ofrecen estas pipas de agua, y cada vez más fumadores se animan a probar esta alternativa.
En la explosión de este mercado ha tenido mucho que ver la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Muchos fumadores de shisha practicaban este hábito en locales públicos. El cierre y las restricciones en estos locales han hecho que estos fumadores adquieran sus propias pipas de agua.
Invitados por sus amigos, muchos fumadores convencionales han probado por primera vez estos dispositivos. Los convencidos por este sistema también se han apuntado al carro de la cachimba, y de ahí el aumento de las ventas. El boca a boca y el efecto arrastre están haciendo el resto.
En la cachimba no se fuma tabaco convencional, sino una melaza. Las melazas son mixturas de tabaco, aderezadas con otros sabores y aromas, y cuya textura es más bien húmeda.
La melaza no se quema como el tabaco puro, sino que se calienta de manera extrema, produciendo vapores y humos que no proceden de la combustión. Estos gases son enfriados en un depósito de agua, y su densidad aumenta mucho.
Es entonces cuando son inhalados por el fumador. Todos los fumadores de cigarros o pitillos coinciden en que la fumada es espectacular, debido a su intensidad y frescura. Se eliminan los aromas a quemado, y la calada resulta ser potente y plena.
En las cachimbas también pueden utilizarse melazas sin tabaco y sin nicotina, cuyos aromas y sabores son prácticamente infinitos, de forma que cuentan con multitud de adeptos que fuman sin exponerse a la acción de la nicotina.
Aún no existen estadísticas fiables acerca de la prevalencia de la cachimba en España, y no disponemos de ningún dato que nos permita aventurar una cifra que pueda considerarse ajustada a la realidad.
Simplemente diremos que la tendencia en el uso de cachimbas es creciente y sostenida, por lo que es de suponer que pronto será tenida en cuenta en los estudios oficiales sobre el tabaco y sustancias derivadas de la nicotina.
En el caso de los deportistas, puede considerarse como una opción a tener en cuenta, ya que la cachimba también permite una reducción gradual de la nicotina, antes de proceder a su eliminación total.
Si soy deportista y fumo, ¿haría bien en pasarme a la cachimba?
Una vez analizadas las distintas modalidades que el fumador puede escoger, vamos a responder a la pregunta inicial del artículo. Ya hemos dicho que lo más razonable para un deportista es abandonar el hábito del tabaco de forma definitiva, y que sabemos que es muy complicado hacerlo.
No obstante, veamos en qué casos la cachimba puede ser una alternativa menos perjudicial para los fumadores, hagan o no deporte. Y obsérvese que no hemos dicho ‘alternativa beneficiosa’, porque la única alternativa beneficiosa es dejar el tabaco y sus derivados.
Beneficios de la cachimba
En la cachimba no existe combustión total, porque las melazas no se queman, sino que se calientan a temperaturas muy elevadas. Por lo tanto, los humos y gases, en principio, son bastante menos tóxicos que los del tabaco convencional. Eso es un dato cierto que no puede ser rebatido.
Riesgos de la cachimba
Pero en el proceso interviene el enfriamiento de los gases a su paso por el agua, con un aumento notable de la densidad de los mismos. Es decir, puede que los compuestos volátiles sean menos tóxicos, pero también puede ocurrir que el contenido de nicotina sea más alto.
Además, entre pitillo y pitillo no se fuma, pero con la cachimba se corre el riesgo de fumar durante períodos de tiempo muy largos. El fumador se encuentra a gusto, ya que recibe nicotina, y no se da cuenta de que no para de fumar en ningún momento.
Cómo usar una cachimba minimizando los riesgos
Acabamos de ver que un supuesto beneficio puede ser anulado por un riesgo aumentado. Por lo tanto, si usas una cachimba para fumar, deberás estar especialmente atento a la melaza de tabaco, procurando mezclarla con melazas de sabores sin nicotina, o utilizar estas últimas directamente. Así evitarás consumir dosis excesivas de nicotina.
Desde luego, si usas melazas que no contengan tabaco ni nicotina, no cabe ninguna duda de que saldrás ganando, y a los pocos días notarás los beneficios en tu práctica deportiva. Te cansarás menos y te recuperarás más pronto del esfuerzo.
¿Es posible librarse de la nicotina usando una cachimba?
Una solución intermedia es que progresivamente vayas disminuyendo el contenido tabáquico o nicotínico de las melazas, con el fin último de librarte de la adicción a la nicotina. Este proceso debes de realizarlo de forma muy lenta y progresiva. Si reduces la nicotina de manera brusca, tu cerebro rechazará la cachimba y volverás al cigarrillo.
Recuerda que es el cerebro el que reclama sibilinamente sus dosis de nicotina, y si se las reduce de golpe se quejará, provocándote ansiedad, irritabilidad y unas ganas irrefrenables de fumar pitillos. Porque tu cerebro sabe que el pitillo sí le garantiza sus raciones de nicotina.
Un gran inconveniente de la cachimba es que no es muy procedente sacarla del maletero y ponerse a fumar en un banco de la calle o en el propio vehículo. Conque si necesitas fumar fuera de tu domicilio, otra opción la tienes en el cigarrillo electrónico.
De mano, eliminarás todos y cada uno de los gases perjudiciales del humo, causantes de la mayoría de los cánceres y trastornos vasculares. Y después, con paciencia y ayuda médica, podrás intentar olvidarte de la nicotina. Al igual que con la cachimba, el proceso de reducción de nicotina en los pitillos electrónicos tiene que ser gradual.