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«Respirar bien, importante toda la vida y clave en las etapas de aprendizaje”

 

Los trastornos respiratorios del sueño en el niño representan un problema de salud pública preferente: por su elevada prevalencia, por la comorbilidad que llevan aparejada en múltiples ámbitos, cardiovascular, endocrinometabólico, conductual, etc. y porque su  presencia representa una pérdida de calidad de vida tanto del niño como de todo el entorno familiar.

Cuestiones fundamentales:

 – La respiración es una función vital, pero respirar bien es un hábito

 – La respiración nasal es la normal y fisiológica. Cualquier otra respiración es patológica

 – El ronquido es un síntoma que nos pone en guardia y que nos hace sospechar que puede existir una patología respiratoria nocturna.

 – Los trastornos respiratorios del sueño en niños, si no se tratan, producen un déficit de aprendizaje que es irrecuperable. Por tanto, es imprescindible mantener una buena respiración nasal durante toda la vida.

Estos conceptos son fundamentales para entender la importancia de una respiración correcta y, sobre todo, de la necesidad de poner en guardia a los padres, para que el crecimiento y el desarrollo de sus hijos no se vean afectados por los malos hábitos en la respiración.

La causa más frecuente de patología respiratoria nocturna en los niños es la hipertrofia adenoidea, cuyo tratamiento es la extirpación quirúrgica de las amígdalas y adenoides. Sin embargo, la obesidad se está convirtiendo en una característica importante en los niños que padecen apnea del sueño o hipapnea, con consecuencias similares a las que padecen los adultos.

Los trastornos respiratorios del sueño tienen una gran prevalencia en la edad infantil, tanto el síndrome de apnea hipopnea(SAHS) como entidades intermedias como el (SRAVAS). Se trata del Síndrome de Resistencia Aumentada de Vías Aéreas, que, a diferencia de la anterior, no presenta disminución de oxígeno en sangre ni apneas reproducibles, aunque sí se producen los «microdespertares». El niño tiene que hacer cada vez más esfuerzo para respirar mientras duerme, hasta que llega un momento en que se despierta para volver a relajar la musculatura, sin llegar a observarse la falta de oxígeno.

El cansancio y la somnolencia que se produce en las personas adultas que padecen el síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, en los niños se traducen en hiperactividad, e incluso se ha empezado a asociar al Síndrome de Déficit de Atención Hiperactividad.

También existen muchos casos en los que se producen trastornos respiratorios por alteraciones en el crecimiento o posición maxilo mandibular, insuficiente crecimiento mandibular, posición retrasada, aumento del tamaño de la lengua, etc., que hacen que la faringe se bloquee, impidiendo el paso del aire. En estos casos, la solución es un tratamiento a largo plazo de ortodoncia o bien cirugía ortognatica.

Los trastornos respiratorios nocturnos en niños producen una serie de alteraciones cardiovasculares, metabólicas, y neuroconductuales, además de la alteración en la secreción hormonal, como la hormona del crecimiento, que se produce por la noche en las fases de sueño profundo.

Durante el día se manifiestan estas alteraciones, provocando la deficiencia de atención y un estado de hiperactividad, ausencia o agresividad. Si no se diagnostica y trata a tiempo, estas alteraciones son irreversibles.

Prevención

La medida preventiva fundamental es tener las vías respiratorias permeables, por lo que los padres deben controlar que sus hijos respiran por la nariz y que mantienen un hábito correcto de respiración nasal. Ante cualquier alteración respiratoria nocturna observada por los padres han de acudir al pediatra para que este diagnostique, trate o derive a otro profesional, si observa alguna patología

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