La granada es una fruta con multitud de propiedades y beneficios para la salud, especialmente por su alto contenido en antioxidantes. Nacida del árbol del granado, su piel es dura (de color escarlata o dorado con carmesí) pero su interior esconde unas semillas cubiertas de pulpa roja y carnosa.
Origen de la granada
La granada es originaria de los países del este de Europa y Oriente (Palestina, Irán, Afganistán). No obstante, hoy en día está expendida por diversos países de Europa, Asia y América. España, de hecho, es uno de los principales productores de granada en el mundo. En nuestro país se cultivan diferentes variedades de esta fruta, entre las que destacan Grano Elche, que madura entre octubre y noviembre, y Mollar de Játiva o de Valencia, de recolección más temprana. No obstante, a pesar de ser una fruta otoñal, se puede encontrar durante todo el año.
Propiedades nutricionales de la granada
- Contiene pequeñas cantidades de vitamina C y B. El consumo de una granada de peso medio (275 gramos) aporta el 10% de la vitamina C recomendada.
- Contiene ácido cítrico, que a su vez potencia la acción de la vitamina C.
- Incluye varios minerales, entre los que destaca el potasio. Consumir una granada aporta el 8% de la ingesta recomendada de potasio para un hombre o una mujer de 20 a 39 años que realiza actividad física moderada.
- Sus propiedades antioxidantes vienen de su alto contenido en flavonoides y polifenoles. Los más abundantes son los taninos, que se encuentran fundamentalmente en la corteza, las láminas y los tabiques membranosos.
- Tiene un bajo valor calórico por su escaso contenido en hidratos de carbono. Por cada 100 gramos de producto aporta 34 kilocalorías.
Beneficios de la granada para la salud
- Por sus propiedades antioxidantes sirve para combatir el envejecimiento celular. Los antioxidantes mantienen a raya a los radicales libres que dañan las células sanas. Es por esto que el consumo de granada contribuye a reducir el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer y enfermedades degenerativas.
- El potasio que contiene ayuda a limpiar los riñones, favoreciendo la limpieza del organismo.
- Los antioxidantes ayudan a reducir la inflamación, incluso en casos de artritis. Estudios científicos han demostrado que el extracto de granada reduce la inflamación y ayuda a aliviar el dolor y a combatir la degeneración del cartílago.
- Los taninos que contiene tienen función astringente y antiinflamatoria en la mucosa del tracto digestivo, por lo que es bueno comer granada en caso de diarrea.
- Ayuda a reducir los niveles del ‘colesterol malo’ (LDL) gracias a la combinación de polifenoles que contiene. Además diversos estudios parecen demostrar que la granada reduce la presión arterial y el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
- Dado su bajo índice glucémico es una fruta indicada para los diabéticos.
- Por su bajo aporte calórico puede usarse en dietas de adelgazamiento.
- Su consumo es favorable en caso de hiperucemia o gota y litiasis renal por sales de ácido úrico. Esto se debe a que el ácido cítrico favorece la eliminación de ácido úrico y sus sales a través de la orina.
No obstante, no todos los beneficios de la granada están igual de demostrados científicamente, por lo que en ningún caso se debe considerar esta fruta como un sustituto de un adecuado tratamiento médico.
Cómo tomar la granada
La mejor época para consumir granada es entre septiembre y noviembre, que es cuando se recolecta en España. Según Teresa Valero, experta en nutrición, para consumirla hay que elegir aquellas piezas que tengan un color vivo con matices marrones, piel delgada, fuerte y sin cortes. Una vez abierta, las semillas se pueden guardar en la nevera durante tres días o congeladas como máximo seis meses.
La granada no sólo se puede tomar como postre, sino que su sabor entre ácido y dulce lo convierten en un ingrediente versátil y apto para todo tipo de preparaciones. Habitualmente se utiliza como complemento en las ensaladas y también como ingrediente principal en zumos.