Las escaleras suponen una dificultad añadida a medida que vamos cumpliendo años. Aquellas personas que viven en un hogar que cuenten con este elemento, pueden encontrarse en problemas en un futuro, o en el caso de sufrir una lesión incapacitante para superarlas. Un salvaescaleras es la solución más indicada y que permite continuar con el ritmo de vida habitual.
Problemas de movilidad habituales en mayores de 60
El paso del tiempo tienen efecto negativo en nuestra movilidad, sobre todo, si no realizamos ejercicios de manera periódica. Esto produce que, enfrentarse a unas escaleras, suponga cada vez un reto mayor. No solo el paso de la edad, sino cualquier tipo de dolencia relacionada con el aparato locomotor dificulta tanto la subida como la bajada de escaleras. Igualmente, la pérdida de reflejos hace de las escaleras, un peligro potencial y que puede suponer un inconveniente añadido a partir de los 60 años. Por otro lado, son muy habituales las viviendas que tiene escaleras en su interior, por lo que se obliga a pasar por ellas para ir de una zona de la casa a otra.
Dificultades para subir y bajar escaleras
Si no existe una rutina de ejercicio, superar las escaleras es cada vez una dificultad más alta. La dificultad de los movimientos en los mayores se va viendo engrandecida a medida que pasa el tiempo y no se cuenta con la preparación física adecuada.
De la misma forma, el sentido del equilibrio también puede llegar a detenerse y hacer que la bajada o subida de escaleras sea muy dificultosa e implique el riesgo de una caída. Enfermedades como la artrosis o la falta de tono muscular son un handicap muy importante, sin embargo, sus efectos pueden minimizarse si hay voluntad y ganas.
Independientemente de la falta de forma física, cualquier tipo de lesión muscular u ósea en personas mayores de 60 años, supone una incapacidad para subir y bajar escaleras superior a la de un veiteañero. Las lesiones normalmente no avisan, con lo que contar en tu vivienda con un sistema salvaescaleras, una silla salvaescaleras por ejemplo, es una idea inteligente. De igual forma que usamos los ascensores, las sillas salvaescaleras son un sistema de elevación que toda casa debería tener. Además, son mucho más económicas que un elevador tradicional y ocupan muy poco espacio.
Consejos para fortalecer la musculatura
Una persona mayor debe tener su rutina diaria de ejercicio adaptada a su edad. Siempre con la pauta del médico, es muy importante salir a caminar todos los días a un buen ritmo. De la misma manera, los sistemas de ejercicio en casa pueden ser de gran ayuda para estar más ágil. La edad no tiene por qué suponer una dificultad a la hora de salvar escaleras. Si una persona se mantiene ágil y tiene un buen estado físico, las posibilidades de sufrir inconvenientes en unas escaleras se reducen.
La base del fortalecimiento muscular no solamente pasa por una rutina de ejercicios, incluyendo estiramientos, todos los días. Una correcta alimentación posibilita que esa persona mayor disponga de huesos fuertes y de una musculatura capaz de responder a todos los retos que se le presenten.
Sistemas salvaescaleras que mejoran el confort y accesibilidad en el hogar
Los diferentes sistemas salvaescaleras posibilitan a las personas mayores y no tan mayores, así como personas incapacitadas poder seguir con su vida habitual. Instalables tanto dentro de un domicilio como en cualquier lugar que se necesite, son perfectamente adaptables a las características de la vivienda o del inmueble. Ya sea en forma de silla, plataforma o elevador, siempre hay una solución indicada para las características de la vivienda de quien lo necesite. Si en el domicilio de la persona mayor existen unas escaleras que cada vez supone una dificultad más alta, es el momento de actuar.
La visita de un técnico indicará cuál es la solución más adecuada, y de esta forma, esa persona podrá realizar cualquier tipo de tarea sin tener que afrontar el problema añadido de unas escaleras. Empresas como VALIDA, ofrecen una solución a medida y sin compromiso, además de tener a tu disposición las propuestas más idóneas, son motivos más que suficientes para poner fin al reto que suponen unas escaleras en el caso de un adulto mayor.