Hacer la compra a través de Internet es cada vez más habitual, pues tiene múltiples ventajas: no hay que salir de casa, se pueden comparar precios, ver opiniones de otros clientes… No obstante, a la hora de comprar alimentos por Internet hay que tomar ciertas precauciones. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) señala en esta guía algunas de las cuestiones que hay que tener en cuenta al comprar comida a través de páginas web. Antes de confirmar cualquier pedido, se debe identificar a quién se está comprando y el qué.
Identificar a quién se está comprando
Según explica la AESAN, los titulares de las webs y los productos que comercializan deben cumplir toda la normativa existente en la Unión Europea en materia de seguridad alimentaria, igual que si se vendieran en una tienda física. La facilidad para identificar al responsable dependerá del tipo de página. Si se usan webs de supermercados de confianza que poseen tiendas o fábricas, identificar al responsable es bastante sencillo. Además, estos establecimientos están sujetos a controles periódicos para comprobar que cumplen la normativa alimentaria, por lo que son seguros.
Si, por el contrario, no se sabe si el vendedor dispone de tienda, hay que extremar las precauciones y comprobar quién es el responsable y si cumple los requisitos para la venta. La AESAN advierte de que a veces se usa Internet para comercializar alimentos cuya venta no está autorizada en España tratando de evadir los controles sanitarios, lo que puede resultar peligroso para la salud. Si la página web es de la Unión Europea tiene la obligación de mostrar los datos del vendedor (nombre, dirección, formulario de contacto…), por lo que la identificación no tiene por qué resultar difícil. La AESAN señala que “siempre que compres alimentos por Internet debes comprobar que el vendedor está debidamente registrado y que cumple los requisitos para poder hacerlo”.
En el caso de las webs cuyos titulares no pertenecen a la UE, se rigen por normativas sanitarias distintas a las europeas. De hecho, a través de estas webs se pueden vender alimentos no autorizados en la UE por no considerarse seguros. Además, según la AESAN, estos alimentos suelen llegar en forma de envíos personales no sujetos a controles aduaneros ni sanitarios. Por todo ello hay que tener más cuidado.
Si la compra de alimentos se realiza en redes sociales o plataformas de venta como Amazon o Ebay, hay que tener en cuenta que estas plataformas son intermediarias pero no responsables. Por ello se debe identificar al vendedor directo del producto y comprobar que cumple con los requisitos para poder hacerlo.
En cualquier caso, la AESAN señala que hay que sospechar si: en la web no hay información de contacto completa, la página redirige a otra web para hacer el pedido, no hay información sobre las características de los productos, no está disponible información clara sobre garantía, precios y derecho de cancelación, la página se centra en un solo producto ‘milagroso’, el precio no está en euros o si hay muchos errores de ortografía o gramática.
Identificar qué se está comprando
De acuerdo con la normativa de la UE, en la página web debe proporcionarse la misma información sobre el alimento que si se comprase en una tienda convencional. La información obligatoria que debe haber en los alimentos envasados es: denominación, lista de ingredientes, cantidad de determinados ingredientes, cantidad neta, condiciones especiales de conservación y/o utilización, nombre o ración social y dirección del operador responsable de su comercialización, país de origen, modo de empleo y fecha de caducidad. Toda esta información debe ser fácil de entender y estar disponible antes de realizar el pago, excepto la fecha de caducidad y el lote.
Antes de comprar cualquier producto, la AESAN recomienda revisar siempre los ingredientes, la información sobre alérgenos y las advertencias e instrucciones de uso y conservación. “No compres el producto si no puedes obtener suficiente información”, añade esta guía.
Se debe sospechar del producto si:
- El precio es más bajo de lo que podría esperarse.
- El etiquetado del producto es borroso o no figuran todas las menciones obligatorias, especialmente si no aparece el nombre del responsable de comercialización.
- El lugar de origen del responsable de la web está a gran distancia del lugar de origen del producto.
- Los beneficios prometidos por el alimento parecen demasiado buenos para ser verdad.
- Se anuncia el producto usando superlativos que lo elogian.
- Se incluyen referencias a investigaciones científicas que son normalmente falsas.
- La información sobre el producto está respaldada por muchas opiniones positivas de clientes satisfechos, fotos del “antes y el después”, etc.
- En la web aparecen imágenes y declaraciones de médicos avalando el producto.
Qué comprobar al recibir el pedido
Al recibir la compra, la AESAN recomienda comprobar que:
- El producto recibido se corresponde con lo que se ha pedido.
- El embalaje se encuentra íntegro.
- El etiquetado está en español y recoge toda la información obligatoria.
- El producto llega a la temperatura adecuada (en el caso de los alimentos congelados o refrigerados se debe mantener la cadena de frío durante el transporte y entrega).
- Está indicada la fecha de caducidad o consumo preferente y es la correcta.
Ante cualquier problema o sospecha sobre la calidad, seguridad o información incorrecta de un alimento comprado por Internet, es importante notificar a la Dirección General de Salud Pública de la comunidad autónoma.