Nuestros teléfonos móviles se han convertido en nuestra mano derecha, nos acompañan en todo momento del día y ya desde buena mañana estamos pegados a ellos. Y es que, ¿quién no se despierta con su móvil a modo de despertador? Esta inclusión del móvil en todos los minutos de nuestra vida ha modificado hasta la manera en que abrimos los ojos todas las mañanas. Tradicionalmente fijábamos el reloj a una hora exacta y… ¡Buenos días mundo! Pero desde que utilizamos el despertador de nuestro teléfono móvil existe otra manera más de despertarnos: a intervalos de 5-10 minutos antes de la hora necesaria para despertarse.
¿Aprovechar esos minutos nos ayudan a descansar un poco más o nos perjudican?
Los científicos afirman que el botón con el que se puede retrasar la alarma tiene un fuerte vínculo con lo que se conoce como inercia del sueño, un estado de somnolencia y desorientación producido al despertarnos de manera abrupta, al igual que en una siesta larga.
Según explica Juan José Ortega, vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño, “Cuando descansamos más de la cuenta a media tarde, somos capaces de lograr un sueño profundo, pero el problema surge cuando se pasa al estado de vigilia sin tránsito, sin pasar por ciclos que nos preparan para despertarnos (…) Cuando dormimos, lo habitual es que acabemos o completemos entre cuatro y seis ciclos por la noche. En la madrugada está la fase REM, y tenemos una densidad del sueño mayor. Cuando nos despertamos, lo hacemos en el último ciclo REM o en un estado de sueño superficial”
El reloj biológico puede verse alterado por ésta práctica de retrasar la alarma, porque de alguna forma estamos engañando al despertador interno. Así lo explica Ortega, “Nuestro organismo se prepara para despertarse dos horas antes de la hora. Primero, se alcanza el pico más bajo de temperatura corporal; luego desciende la melatonina hasta el nivel más bajo, que pasa a las ocho de la mañana, y sube el cortisol”.
Si jugamos con ese despertador interno que prepara nuestro cuerpo para la actividad, nuestro cuerpo y nuestra mente lo notarán de forma negativa a lo largo del día.
Pero, ¿acaso es una buena idea poner la alarma a la hora exacta? Según los expertos, tampoco es una buena opción. Esto se debe a que interrumpe el proceso natural de nuestro sueño, lo que produce que a nuestro cerebro le cueste arrancar. Lo mejor es despertar de forma natural, consecuencia de haberse acostado más temprano y haber descansado plácidamente en nuestra cama de Grupo Lo Monaco.