Son multitud las especies vegetales que se recomiendan como remedios para mitigar efectos no deseados del organismo siendo los más populares los utilizados para aliviar las molestias gastrointestinales y plantas que ayudan a dormir, combatir el estrés y nerviosismo . El uso de plantas a tal efecto, hunde sus raíces en los tratados clásicos de medicina, (como ejemplo, Galeno, en el siglo II d.c. recomendaba valeriana para combatir el insomnio).
En la actualidad, el uso de las mismas se utiliza como alternativa a la terapia farmacológica, por tener escasos efectos secundarios sobre el organismo. Dentro de las especies más populares, conocidas y de uso más extendido y directamente relacionado con estados insomnes, estarían la tila, la melisa, la valeriana y la pasiflora. Pero también existen otras muchas, menos conocidas e igualmente eficaces. Hablemos de ellas:
AMAPOLA (Papaver rhoeas L.): Esta flor roja y silvestre que encontramos en primavera como “alfombra” del campo, tiene también efectos en la facilitación del sueño. alcaloides, que tienen una acción sedante y su utilización está indicada para problemas de insomnio inicial. Tiene ciertas contraindicaciones, pues se desaconseja su uso durante el embarazo y lactancia. Para utilizarla, existen presentaciones tipo capsulas, preparados para infusiones, tinturas e incluso se comercializa la flor cortada que podemos comprar en farmacias y tiendas del ramo.
AMAPOLA DE CALIFORNIA (Eschscholzia californica Cham): Se le confieren propiedades dormitivas y se considera ansiolítica. Todo esto está debido a que contiene un hipnótico natural, la eschsholtzina. Actúa principalmente en la fase de conciliación del sueño, así como en el mantenimiento del mismo, además de bajar el número de pesadillas a lo largo de la noche. Según expertos no crea dependencia, aunque se desaconseja el uso durante la infancia y tampoco se recomienda para mujeres embarazadas. Podemos encontrarla al igual que en el caso anterior en farmacias, parafarmacias y herbolarios, en presentaciones como cápsulas, preparados para infusión y tintura madre.
LAVANDA (Lavandula angustifolia Mill.): La lavanda y el espliego son las plantas aromáticas más comunes dentro de la flora mediterránea, ambas se parecen y sus usos medicinales son prácticamente iguales así que podemos encontrarlas con el mismo nombre. Popularmente, para conciliar el sueño se solía poner un ramito de lavanda dentro de la almohada, y de hecho sus propiedades calmantes, están ampliamente avaladas por estudios científicos, y no solamente la fragancia de lavanda, si no que también una infusión de esta mata nos ayudará a dormir.
LÚPULO (Humulus lupulus L.): Se trata de una planta enredadera que puede encontrarse en zonas de riberas de ríos, con grandes hojas palmeadas, flores y robustos tallos. Pertenece a la familia de las Cannabaceas y precisamente por este motivo durante algunos siglos se la consideró una especie «prohibida»; actualmente la mayor parte de su utilización es para la producción de cerveza, y también se le conocen propiedades sedantes, no obstante, no se tiene claro que principio activo es el que provoca este efecto. Al igual que ocurre con la lavanda, es tradición dormir con flores de lúpulo para ayudarnos a estar antes «en brazos de Morfeo». Se comercializa en hierbas para preparado de tisanas y cápsulas, si bien, da mejores resultados combinada con otras plantas para el insomnio.
ESPINO BLANCO (Crataegus spp.) también conocido como Espino Albar: En la antigua Grecia el espino albar era un símbolo de protección y se usaba para atraer la suerte. La principal indicación es para problemas cardíacos, porque regula y normaliza el ritmo, debido a los flavonoides que contiene. Otra característica es que ejerce una función depresora del Sistema Nervioso Central, pudiendo resultar útil en casos de insomnio.
Estas plantas pueden ayudarnos, en momentos puntuales, a dormir. Debemos prestar atención también a nuestro equipo de descanso: un buen colchón firme y adaptable, una base en buen estado y una almohada adecuada para nosotros. Por último, indicar que siempre que tengamos alguna duda sobre si está indicado para alguna circunstancia especial (embarazo, niños…etc.) o notemos algún efecto que no es el deseado, es preferible consultar a un facultativo.
