Las personas que padecen diabetes pueden experimentar una disminución de la circulación de la sangre y de la sensibilidad en el pie, dando lugar al ‘pie diabético’. Vigilar los pies es imprescindible en estos casos para evitar que pequeñas heridas o llagas den lugar a úlceras.
Qué es el pie diabético
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos porque el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en sangre. Con el tiempo, este exceso de glucosa puede afectar a distintas partes del cuerpo, como los ojos o los riñones. El pie es una de las partes que más afectada se puede ver por la enfermedad, dando lugar al ‘pie diabético’.
El pie diabético es una alteración clínica producida por unos niveles de glucosa más elevados de lo habitual y que se caracteriza por una disminución de la circulación de la sangre (isquemia) y de la sensibilidad del pie (neuropatía).
Debido a esta neuropatía es posible que no se sientan heridas como cortaduras, ampollas o llagas, que pueden causar úlceras e infecciones. En casos muy graves, esto podría derivar en una amputación. Al mismo tiempo, el daño a los vasos sanguíneos provocado por la diabetes podría impedir que llegue suficiente sangre y oxígeno a los pies, provocando que no se curen las llagas o infecciones.
Cuidados
Además de controlar los niveles de azúcar en sangre, conviene llevar a cabo una buena higiene de los pies y estar atento a la aparición de heridas o llagas. Para ello, hay que revisar los pies todos los días, observando la punta del dedo gordo, el resto de dedos en su parte baja, el talón, la planta y la zona exterior. En el caso de que haya alguna rozadura o herida, lo mejor es acudir a un especialista. Además de esto se recomienda:
- Lavar los pies a diario con agua tibia y jabón. Conviene comprobar la temperatura del agua con un termómetro porque la falta de sensibilidad en el pie puede hacer que no se perciba su calor real. El pie no debe estar más de cinco minutos en el agua. Después hay que secarlos bien, atendiendo a los espacios interdigitales.
- Hidratarlos con cremas específicas, pero no en los espacios interdigitales.
- Las heridas de los pies deben lavarse con agua y jabón y no tratarse con pomadas, alcohol o desinfectantes.
- Utilizar talco no medicinal para mantener los pies secos si sudan en exceso.
- Cortar las uñas de forma regular de forma recta para que no haya esquinas que generen una pequeña lesión que derive en infección.
- Evitar colocar los pies cerca de estufas y radiadores.
Paralelamente, es recomendable realizar una vez al año un cribaje neuropático y vasculopático para comprobar el grado de sensibilidad e irrigación sanguínea de los pies.
Elección de calzado y calcetines
Es imprescindible que las personas con diabetes nunca anden descalzas, incluso dentro de casa. En cuanto al uso y selección de calzado:
- Debe utilizarse siempre con calcetines. No conviene usar sandalias, chanclas o zapatos que dejen el pie al descubierto. Hay que evitar también los tacones y los zapatos que terminan en punta.
- Debe ser cómodo, que no provoque rozaduras. A la hora de comprar zapatos conviene hacerlo por la tarde, ya que es el momento del día en el que los pies están más hinchados, lo que garantizará que el resto del día también resulten cómodos.
- Conviene revisar el interior del zapato antes de ponérselo para evitar que algún elemento (como una piedra) pueda provocar una lesión. También hay que comprobar que estén en buenas condiciones y que la suela no esté estropeada.
- Es aconsejable tener más de un par de zapatos para ir alternándolos y ventilarlos correctamente.
- Deben evitarse ligas, gomas o calcetines con bordes elásticos, ya que dificultan la circulación sanguínea. Los calcetines y medias deben cambiarse diariamente (y más de una vez si los pies sudan mucho). Conviene que estén hechos de tejidos naturales y no tengan costuras.
En Clínica Parra son conscientes del riesgo que supone para la salud el pie de las personas que padecen diabetes. También saben que una buena exploración es de gran importancia para prevenir úlceras o infecciones. Por ello entre sus servicios de podología prestan especial atención al pie diabético y de riesgo. Puedes encontrar su consulta en Avenida Medina Olmos nº 45, 18500, Guadix, Granada.