Oximesa se moja por ELA, la Esclerosis Lateral Amiotrófica 

La empresa granadina Oximesa se solidariza con la campaña por la ELA, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, a cuyos pacientes atiende con sus equipos especializados en atención domiciliaria y en el Centro Hospitalario de San Rafael. Oximesa se suma al popular “Ice Bucket Challenge”, gracias a la cual esta enfermedad rara y desconocida hasta hace unos meses ha alcanzado gran visibilidad. El reto del cubo de agua helada se ha convertido en todo un fenómeno en la red cumpliendo con el objetivo de reunir fondos para combatir esta afección muy limitante y que a la larga provoca la paralización total del paciente.  2 de cada 100 mil personas la padece y es urgente encontrar una cura para la misma.

 ¿Qué es la ELA?

Como la describe la Fundación Española para el Fomento de la Investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (FUNDELA) es una enfermedad neuromuscular crónica en la que las motoneuronas, un tipo de células nerviosas localizadas en el cerebro y la medula espinal encargadas de controlar el movimiento de la musculatura voluntaria, gradualmente disminuyen su funcionamiento, provocando debilidad y atrofia muscular.

La causa de la ELA de momento es desconocida. Sin embargo, cada vez es mayor el conocimiento que se tiene del funcionamiento del sistema nervioso, gracias a la esperanzadora utilización de herramientas más sofisticadas en el ámbito de la biología molecular, ingeniería genética y bioquímica. 

La ELA afecta sobre todo a adultos entre 40 y 70 años. No es una enfermedad contagiosa y la proporción entre hombres y mujeres es aproximadamente de 3 a 1. En España, se estima que cada año se diagnostican casi unos 900 nuevos casos. La incidencia es de 1 por cada 50.000 habitantes y la prevalencia es de 1/10.000 (unos 40.000 españoles desarrollarán la ELA durante su vida).

El inicio de los síntomas en la ELA es muy variable de una persona a otra, así como su progresión es asimétrica (progresa de modo diferente en cada parte del cuerpo). La enfermedad cursa sin dolor aunque  la presencia de calambres, alteración del sueño, problemas de salivación, pérdida de la movilidad y función muscular acarrean cierto malestar. 

Por ahora, no existe ningún tratamiento curativo contra la ELA, aunque nuevos descubrimientos se han mostrado prometedores en la detención de su progresión. Sí existen fármacos para combatir el conjunto de síntomas, y son muy eficaces las ayudas para cuando aparecen las alteraciones respiratorias o cuando surgen problemas relacionados con las secreciones. 

Se llega al diagnóstico de ELA familiar cuando otros miembros de la familia la padecen. Cuando no existen antecedentes, la aparición de un caso se entiende como esporádica, y los familiares del paciente no tienen un riesgo mayor que la población normal.

 

 

 

 

 

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