Una de cada tres personas trasplantadas puede desarrollar cáncer a lo largo de su vida, principalmente de piel y linfomas, y la progresión de esta enfermedad es más rápida y responde peor al tratamiento que en la población general.
Un centenar de expertos se ha reunido en el Aula de Trasplantes de Órganos Sólidos (ATOS) para analizar cómo abordar el tratamiento de estos pacientes que desarrollan tumores malignos, responsables del 10 por ciento de los fallecimientos de trasplantados y de uno de cada cuatro de los pacientes que sobreviven más de 10 años después del trasplante.
El riesgo de desarrollar cáncer aumenta cuanto más tiempo pasa de la cirugía, ha asegurado el jefe de servicio de Medicina Interna y de la Unidad de Trasplante Hepático del hospital Puerta de Hierro de Madrid, Valentín Cuervas-Mons. «Se calcula que la incidencia de cáncer en la población portadora de una trasplante de órgano sólido es del 3,6 por ciento al año del trasplante; del 13 por ciento, a los cinco años; del 28%, a los diez años del trasplante; y del 40 por ciento una vez transcurridos 20 años desde el trasplante», ha explicado el especialista.
Los más frecuentes
Los tumores malignos más frecuentes en la población trasplantada son distintos a los de la población general. «Casi la mitad de las neoplasias malignas que se desarrollan en este grupo son tumores asociados con la inmunosupresión, como el cáncer no melanótico de piel, enfermedad linfoproliferativa postrasplante, sarcoma de Kaposi, cáncer de cérvix y carcinoma anogenital«, ha señalado.
Para tratar estos casos, existen fármacos con efecto preventivo que están demostrando una gran eficacia, ha destacado el director del Instituto Técnico de Nefrología y Urología del Hospital Clinic de Barcelona, Josep María Campistol, sobre todo para pacientes con mayor riesgo, como los que ya han tenido un cáncer o cuentan con antecedentes familiares. «Con esta estrategia podríamos reducir la incidencia del cáncer en más de la mitad», ha añadido el experto.
También el jefe de servicio de Cardiología del Hospital de Bellvitge de Barcelona, Nicolás Manito, ha resaltado la eficacia de estos medicamentos preventivos, que toleran el 80 por ciento de los pacientes. Además, los especialistas han incidido en la importancia de que los pacientes lleven una vida sana, abandonen el consumo de tabaco y alcohol y se protejan adecuadamente del sol, dado el alto índice de cáncer de piel en estos pacientes, aunque la mayoría de estos casos tienen buen tratamiento.