«El problema del alzhéimer es que es una enfermedad silenciosa que, cuando se diagnostica, ya es demasiado tarde para tratarlo porque hay una degeneración muy grande», ha explicado el profesor Jesús Ávila, coordinador del simposio y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED).
De esta manera, los esfuerzos se centran en conseguir marcadores diagnósticos precisos y eficientes y en conseguir tratamientos protectores para individuos en riesgo Los expertos destacan el trabajo de científicos españoles liderados por Félix Hernández, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, que busca los puntos en común del Alzheimer de origen familiar con otros posibles factores de riesgo u orígenes de la enfermedad a partir del estudio de la actividad de la proteína GSK-3.
También se presentará el trabajo del profesor Ávila, que plantea cómo uno de los primeros síntomas clínicos de esta enfermedad es el deterioro de la memoria episódica, que se sitúa en la región del hipocampo. «En un componente de esta región, el giro dentado, existe la neurogénesis y la neurogénesis podría desempeñar un papel en la formación de nuevos recuerdos«, ha señalado Ávila, que ha apuntado a que la degeneración de esa región, que puede producirse en la enfermedad de Alzheimer, puede ser la causa de deterioro de la memoria.
Otra de las líneas de investigación que se expondrá será la de María Gasset, del Instituto Química-Física Rocasolano, que explicará la relación entre la proteína priónica y esta enfermedad o la del alemán Harald Hampel dedicada a revisar los biomarcadores conocidos del alzhéimer. También analizarán las conclusiones del trabajo del doctor Pablo Martínez Martín, de la Fundación CIEN-UIPA, sobre la relación entre la movilidad y la marcha con el deterioro y el envejecimiento, o la relación de la proteína DREAM con el alzhéimer y el síndrome de Down planteada por el investigador del CSIC José Ramón Naranjo.
Ávila ha explicado que el alzhéimer «no es una película con un final feliz, sino un culebrón con muchos capítulos que nunca acaba. Al final no va a tener un final absolutamente feliz, sino que habrá finales felices parciales. «Con las demencias seguramente tengamos logros de algún tipo, pero no vamos a tener una píldora que lo arregle todo«, ha concluido.